Marco Aurelio
Milpostista
Sin verificar
Abro este hilo con la intención de haceros esbozar una sonrisa y entretener, si es así, no olvidéis subscribiros y darle a like
LA JUVENTUD.
Como dijo Manuel Alexandro en la película “Los incautos”: La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.
Decía un amigo mío que si el volviera a ser joven sería sabiendo lo que sabe ahora y ponía cara de pícaro. Pero eso arruinaría el plan ya que si sabes lo que sabes de mayor a los veinte, te aburrirías haciendo las cosas de chavales y al final acabarías haciendo lo que haces ahora.
La solución es que no hay solución, te vas a quedar donde estás y gracias. Lo único que podemos disfrutar es de los recuerdos y siempre, de los mejores recuerdos que tendremos es el de ese asiento trasero del coche que fue testigo de nuestros primeros asaltos sexuales, los mas torpes y a la vez los mas incendiarios.
Recuerdo esas manos que surgían de la oscuridad, como en una película de miedo, limpiaban de humedad el cristal del coche y en medio de la negrura de aquel camino sin nombre aparecieron las caritas de unos niños que nos espiaban. Corrieron camino abajo mientras yo sacaba medio cuerpo desnudo del coche maldiciéndolos con el brazo en alto. Como corrían los malditos empalmados y todo.
Marco Aurelio.
LA JUVENTUD.
Como dijo Manuel Alexandro en la película “Los incautos”: La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.
Decía un amigo mío que si el volviera a ser joven sería sabiendo lo que sabe ahora y ponía cara de pícaro. Pero eso arruinaría el plan ya que si sabes lo que sabes de mayor a los veinte, te aburrirías haciendo las cosas de chavales y al final acabarías haciendo lo que haces ahora.
La solución es que no hay solución, te vas a quedar donde estás y gracias. Lo único que podemos disfrutar es de los recuerdos y siempre, de los mejores recuerdos que tendremos es el de ese asiento trasero del coche que fue testigo de nuestros primeros asaltos sexuales, los mas torpes y a la vez los mas incendiarios.
Recuerdo esas manos que surgían de la oscuridad, como en una película de miedo, limpiaban de humedad el cristal del coche y en medio de la negrura de aquel camino sin nombre aparecieron las caritas de unos niños que nos espiaban. Corrieron camino abajo mientras yo sacaba medio cuerpo desnudo del coche maldiciéndolos con el brazo en alto. Como corrían los malditos empalmados y todo.
Marco Aurelio.