eufrasia
De la casa
Sin verificar
UNO
El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de la gente: Ocurre en París, en un estudio de televisión.
-"¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?", lo interrogan.
-"Es que éste", evalúa Borges, "ha sido un siglo muy mediocre".
DOS
Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje.
Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar.
Clima tenso. El estudiante insiste: "Tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna y grita: "No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio". El estudiante amenaza con cortar la luz. "He tomado la precaución", retruca Borges, "de ser ciego esperando este momento".
El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de la gente: Ocurre en París, en un estudio de televisión.
-"¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?", lo interrogan.
-"Es que éste", evalúa Borges, "ha sido un siglo muy mediocre".
DOS
Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje.
Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar.
Clima tenso. El estudiante insiste: "Tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna y grita: "No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio". El estudiante amenaza con cortar la luz. "He tomado la precaución", retruca Borges, "de ser ciego esperando este momento".