atorling
Habitual
Sin verificar
Me temo que la historia de mi pequeño pleito con la marca del reloj de arena sea un poco larga.
Será por los años que llevo trabajando para japoneses, pero percibir al cliente como un distinguido huésped, alguien que nos honra con su elección, tal vez me ha marcado en exceso, porque no concibo ciertas actitudes.
El caso es que, por las reuniones de trabajo con empresarios de cierta relevancia, y eventos en los que me veo en el compromiso de asistir, buscaba un reloj elegante, aunque en mi tiempo personal la verdad es que me preocupo poco de mi aspecto. Pero representándome algo más que a mí mismo prefiero ser todo lo correcto que debo, incluido el reloj, que para eso me gustan.
Con esta excusa justificaba mi enamoramiento de un Master Collection que no me decidía a adquirir. Quiso la casualidad que me encontrara, a finales de Agoto pasado, trabajando justo al lado de una joyería de una conocida cadena que cerraba el establecimiento con unos descuentos inmejorables. Así que me pasé a probarme el MC. En el escaparate vi el Flagship y me lo probé también. Fue amor a primera muñeca. El otro obscureció a su lado, y me entró una CRI galopante que hube de domesticar para no llevármelo de primeras (craso error). Pueda o no permitírmelo he de meditar un desembolso así.
Volví el fin de semana con mi esposa a verlo. A ella, pese al estilo retro le encantó, y me conminó a adquirirlo, con la esperanza, supongo, de que acabara la racha. Ya ese día la dependienta fue algo grosera con nosotros.
Volví el lunes con la ansiedad de que me hubieran levantado la presa, y con la esperanza de que estuviera otra dependienta. Así era. Mientras observaba el preciado tesoro, madurando la decisión antes de soltar la gallina, la elementa (perdón, dependienta) vino a espetarme que era poco menos que una lástima que alguien como yo se llevara un reloj así, a ese precio, cuando en las otras tiendas que permanecían abiertas podría venderse a buen dinero. Allí dejé el Flagship para que otro mejor que yo lo disfrutara.
Quiso también la casualidad que por esas fechas se incorporara un nuevo patrocinador del foro con el que contacté de inmediato. Me hacía un precio muy similar, y viendo su diligencia y buena disposición le encargué la mencionada pieza y un Hamilton para mi esposa por el aniversario. La predicción, tras consultar a los delegados de las marcas, es que ambos relojes estarían a mi disposición en un par de semanas.
Recibí el Hamilton en el plazo indicado, y la noticia de que el mío se retrasaría hasta finales de Octubre o primeros de Noviembre. Esto ya me suponía una decepción porque en esas fechas se me acumulaban eventos y yo seguía sin la pieza adecuada.
El concesionario me iba manteniendo al corriente cada vez que tenía noticia de una nueva dilación en la entrega. Y a mí se me iban defraudando las expectativas cada vez se acercaba una fecha prevista que al final se posponía.
A primeros de Diciembre, era sólo un comprador resignado que no tenía el bien adquirido, pero recibí una llamada inesperada de alguien que en un tono, digamos, que podía ser más adecuado en la interpelación a un cliente de una firma de cierto nivel. Me indicaba que mi reloj se recibiría en Enero. Cuando pregunté la razón se despachó con un lacónico “problemas de producción”. Como no quedé muy satisfecho devolví la llamada y pedí que se identificara mi inadecuado interlocutor. No lo hizo, sólo me dijo que era el delegado de ventas de la zona, que me había llamado a petición del CO, se negó a ampliar la información de la incidencia, que me mantenía sin una pieza que había pagado en Septiembre, y cuando, aprovechando la comunicación, pedí que me ampliara la información sobre el calibre, se negó, en un tono inaceptable, aduciendo que era trabajo de la tienda.
Ya sí me enfadé.
Conseguí el correo de atención al cliente del grupo relojero y puse una reclamación. En un tono educado, pero firme, les expliqué que no entendía la demora en entregar la pieza, que me estaba causando perjuicios el no tenerla, y que además no trataban a los clientes de una firma de ese nivel como debieran. En el fondo el mensaje implícito era " si estás dando un mal servicio, si estás causando un perjuicio, deberías disculparte en lugar de ir a tocar las narices".
Parece que la redacción del mensaje fue la adecuada y caló, porque esa misma noche, inesperadamente, recibí un correo del Director de la firma en España pidiéndome el teléfono para brindarse a darme las oportunas explicaciones y disculpas. El día siguiente me llamó y me explicó sus problemas de producción, abastecer a un mercado mundial cuya demanda de ciertos modelos ha superado expectativas, la fabricación por colecciones, y, sobre todo, que los estrictos controles de calidad hacían desechar muchas piezas, generando una disminución de la producción prevista.
Agradecí sinceramente la deferencia de ser atendido por todo un “brand manager” en persona y acepté de buen grado las explicaciones y disculpas, porque no pedía otra cosa.
Aunque lo cierto, me parecía criticable el hecho de mantener a sus CO a oscuras en cuanto a previsiones de producción etc, y que sus delegados tampoco tengan información actualizada me parece de otro siglo. Que nos gusten los relojes mecánicos no implica que prefiramos el correo por relevos de postas. En cualquier sector industrial se trabaja con mejor coordinación e información a sus distribuidores. La verdad es que desde entonces he visto noticias que indicaban que los CO ahora están informando de que no se dispone de ciertas piezas “sine die”, cosa que hubiera decantado mi decisión en el momento.
Volví a esperar pacientemente, mientras seguía sin lucir mi codiciado y elegantísimo reloj. Entre otros, inesperadamente, fui invitado a una importante inauguración al término de una reunión. Allí asistieron personajes de la fórmula uno que veis cada semana en la tele (pero iban unos sin casco y otros sin auriculares) empresarios del ramo, algún famosete para decorar, unas azafatas... Independientemente de cómo iban ataviados los demás, mi traje era correcto dado que no era evento de smoking, pero iba sin mi Flagship.
Al fin, la noche del 2 de Marzo, abrí con ilusión la caja y pude probarme esa delicia de pieza. Me pareció ver un brillo en el cristal, pero no le di importancia y lo puse en marcha. Al día siguiente con luz natural el brillo se mantenía y era imposible no mirarlo, de hecho.
Tenía un cuerpo en la parte interna del cristal y la marcha del reloj era...parecía ajustado por un babuino borracho (un 2895- 2 elaboree debiera estar en ratio medio +-5 seg/día, posicional máximo hasta +20, éste estaba más allá).
Cuando ya por fin lo acariciaba, pensar en tener que mandarlo a garantía y perderlo por varios meses más me puso malito.
¿Eran éstos los concienzudos controles de calidad que me habían mantenido 5 meses y una semana esperando? Reclamé de nuevo con copia a atención al cliente y al propio Director con foto del reloj. Enfadado de verdad, aunque educado, como siempre. Lloviendo sobre mojado, teniendo ahora stock, ¿me iban a dejar de nuevo meses a la espera?
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Yo, en ese punto, me hubiera conformado, y también agradecido, con que me indicaran un punto cercano en el que cajear mi reloj, por otro, aunque lo veía improbable.
La tarde del mismo lunes cinco recibí llamada del responsable de clientes, a petición del Director, indicándome que me retiraban el reloj en mi propia casa. Así lo hicieron, al día siguiente me informaron de la naturaleza de las deficiencias, y en 48 horas tenía en mi domicilio una nueva unidad, a la que adjuntaron unas lecturas de crono-comparador como comprobante de la marcha.
Ya sólo me quedó agradecer por la diligencia en las gestiones y la feliz resolución del caso, y lo que ahora hago, hacerlo público.
Lo justo es dar a cada uno lo suyo, y en este caso, sea por la buena disposición personal de quien dirige la marca en España, o sea por la particularidad del caso, he de reconocer que se han portado como una gran firma evitándome incomodidades e inconvenientes adicionales.
Moraleja, si tenéis una pieza que os interesa a tiro, pilladla aunque sea tapándoos la nariz. Es broma.
He de añadir que el trato del CO, y patrocinador del foro, siempre fue diligente, preocupado y buscando el buen servicio.
Gracias por leer todo, que es bastante.
Será por los años que llevo trabajando para japoneses, pero percibir al cliente como un distinguido huésped, alguien que nos honra con su elección, tal vez me ha marcado en exceso, porque no concibo ciertas actitudes.
El caso es que, por las reuniones de trabajo con empresarios de cierta relevancia, y eventos en los que me veo en el compromiso de asistir, buscaba un reloj elegante, aunque en mi tiempo personal la verdad es que me preocupo poco de mi aspecto. Pero representándome algo más que a mí mismo prefiero ser todo lo correcto que debo, incluido el reloj, que para eso me gustan.
Con esta excusa justificaba mi enamoramiento de un Master Collection que no me decidía a adquirir. Quiso la casualidad que me encontrara, a finales de Agoto pasado, trabajando justo al lado de una joyería de una conocida cadena que cerraba el establecimiento con unos descuentos inmejorables. Así que me pasé a probarme el MC. En el escaparate vi el Flagship y me lo probé también. Fue amor a primera muñeca. El otro obscureció a su lado, y me entró una CRI galopante que hube de domesticar para no llevármelo de primeras (craso error). Pueda o no permitírmelo he de meditar un desembolso así.
Volví el fin de semana con mi esposa a verlo. A ella, pese al estilo retro le encantó, y me conminó a adquirirlo, con la esperanza, supongo, de que acabara la racha. Ya ese día la dependienta fue algo grosera con nosotros.
Volví el lunes con la ansiedad de que me hubieran levantado la presa, y con la esperanza de que estuviera otra dependienta. Así era. Mientras observaba el preciado tesoro, madurando la decisión antes de soltar la gallina, la elementa (perdón, dependienta) vino a espetarme que era poco menos que una lástima que alguien como yo se llevara un reloj así, a ese precio, cuando en las otras tiendas que permanecían abiertas podría venderse a buen dinero. Allí dejé el Flagship para que otro mejor que yo lo disfrutara.
Quiso también la casualidad que por esas fechas se incorporara un nuevo patrocinador del foro con el que contacté de inmediato. Me hacía un precio muy similar, y viendo su diligencia y buena disposición le encargué la mencionada pieza y un Hamilton para mi esposa por el aniversario. La predicción, tras consultar a los delegados de las marcas, es que ambos relojes estarían a mi disposición en un par de semanas.
Recibí el Hamilton en el plazo indicado, y la noticia de que el mío se retrasaría hasta finales de Octubre o primeros de Noviembre. Esto ya me suponía una decepción porque en esas fechas se me acumulaban eventos y yo seguía sin la pieza adecuada.
El concesionario me iba manteniendo al corriente cada vez que tenía noticia de una nueva dilación en la entrega. Y a mí se me iban defraudando las expectativas cada vez se acercaba una fecha prevista que al final se posponía.
A primeros de Diciembre, era sólo un comprador resignado que no tenía el bien adquirido, pero recibí una llamada inesperada de alguien que en un tono, digamos, que podía ser más adecuado en la interpelación a un cliente de una firma de cierto nivel. Me indicaba que mi reloj se recibiría en Enero. Cuando pregunté la razón se despachó con un lacónico “problemas de producción”. Como no quedé muy satisfecho devolví la llamada y pedí que se identificara mi inadecuado interlocutor. No lo hizo, sólo me dijo que era el delegado de ventas de la zona, que me había llamado a petición del CO, se negó a ampliar la información de la incidencia, que me mantenía sin una pieza que había pagado en Septiembre, y cuando, aprovechando la comunicación, pedí que me ampliara la información sobre el calibre, se negó, en un tono inaceptable, aduciendo que era trabajo de la tienda.
Ya sí me enfadé.
Conseguí el correo de atención al cliente del grupo relojero y puse una reclamación. En un tono educado, pero firme, les expliqué que no entendía la demora en entregar la pieza, que me estaba causando perjuicios el no tenerla, y que además no trataban a los clientes de una firma de ese nivel como debieran. En el fondo el mensaje implícito era " si estás dando un mal servicio, si estás causando un perjuicio, deberías disculparte en lugar de ir a tocar las narices".
Parece que la redacción del mensaje fue la adecuada y caló, porque esa misma noche, inesperadamente, recibí un correo del Director de la firma en España pidiéndome el teléfono para brindarse a darme las oportunas explicaciones y disculpas. El día siguiente me llamó y me explicó sus problemas de producción, abastecer a un mercado mundial cuya demanda de ciertos modelos ha superado expectativas, la fabricación por colecciones, y, sobre todo, que los estrictos controles de calidad hacían desechar muchas piezas, generando una disminución de la producción prevista.
Agradecí sinceramente la deferencia de ser atendido por todo un “brand manager” en persona y acepté de buen grado las explicaciones y disculpas, porque no pedía otra cosa.
Aunque lo cierto, me parecía criticable el hecho de mantener a sus CO a oscuras en cuanto a previsiones de producción etc, y que sus delegados tampoco tengan información actualizada me parece de otro siglo. Que nos gusten los relojes mecánicos no implica que prefiramos el correo por relevos de postas. En cualquier sector industrial se trabaja con mejor coordinación e información a sus distribuidores. La verdad es que desde entonces he visto noticias que indicaban que los CO ahora están informando de que no se dispone de ciertas piezas “sine die”, cosa que hubiera decantado mi decisión en el momento.
Volví a esperar pacientemente, mientras seguía sin lucir mi codiciado y elegantísimo reloj. Entre otros, inesperadamente, fui invitado a una importante inauguración al término de una reunión. Allí asistieron personajes de la fórmula uno que veis cada semana en la tele (pero iban unos sin casco y otros sin auriculares) empresarios del ramo, algún famosete para decorar, unas azafatas... Independientemente de cómo iban ataviados los demás, mi traje era correcto dado que no era evento de smoking, pero iba sin mi Flagship.
Al fin, la noche del 2 de Marzo, abrí con ilusión la caja y pude probarme esa delicia de pieza. Me pareció ver un brillo en el cristal, pero no le di importancia y lo puse en marcha. Al día siguiente con luz natural el brillo se mantenía y era imposible no mirarlo, de hecho.
Tenía un cuerpo en la parte interna del cristal y la marcha del reloj era...parecía ajustado por un babuino borracho (un 2895- 2 elaboree debiera estar en ratio medio +-5 seg/día, posicional máximo hasta +20, éste estaba más allá).
Cuando ya por fin lo acariciaba, pensar en tener que mandarlo a garantía y perderlo por varios meses más me puso malito.
¿Eran éstos los concienzudos controles de calidad que me habían mantenido 5 meses y una semana esperando? Reclamé de nuevo con copia a atención al cliente y al propio Director con foto del reloj. Enfadado de verdad, aunque educado, como siempre. Lloviendo sobre mojado, teniendo ahora stock, ¿me iban a dejar de nuevo meses a la espera?
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Yo, en ese punto, me hubiera conformado, y también agradecido, con que me indicaran un punto cercano en el que cajear mi reloj, por otro, aunque lo veía improbable.
La tarde del mismo lunes cinco recibí llamada del responsable de clientes, a petición del Director, indicándome que me retiraban el reloj en mi propia casa. Así lo hicieron, al día siguiente me informaron de la naturaleza de las deficiencias, y en 48 horas tenía en mi domicilio una nueva unidad, a la que adjuntaron unas lecturas de crono-comparador como comprobante de la marcha.
Ya sólo me quedó agradecer por la diligencia en las gestiones y la feliz resolución del caso, y lo que ahora hago, hacerlo público.
Lo justo es dar a cada uno lo suyo, y en este caso, sea por la buena disposición personal de quien dirige la marca en España, o sea por la particularidad del caso, he de reconocer que se han portado como una gran firma evitándome incomodidades e inconvenientes adicionales.
Moraleja, si tenéis una pieza que os interesa a tiro, pilladla aunque sea tapándoos la nariz. Es broma.
He de añadir que el trato del CO, y patrocinador del foro, siempre fue diligente, preocupado y buscando el buen servicio.
Gracias por leer todo, que es bastante.
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