Je, todo depende, todo depende. (El mundo está que arde...)
Antes, un ejecutivo "sabía" que moriría de cáncer de pulmón o de cirrosis, y que a lo largo de su vida tendría sífilis, gonorrea y lo que pillase. Y ello porque los tratos con clientes se hacen para dar gusto al cliente, y de paso, el propio.
Eso era antes. O eso se consideraba que se podía exigir de un ejecutivo. "Todos sabían" que todo era parte del trabajo. Y el que se metía ahí, sabía que lo hacía a cambio de suculentos emolumentos, y de... perder la esposa, enemistarse con los hijos, quedarse sin salud, y eso sí, con un patrimonio personal soñado que a a lo mejor heredaba la rubia de 22 que se casaba con él cuando ya andaba chungo.
Pero llegaron los derechos de los empleados que querían (qué exigentes, ¿no?) ganar lo mismo pero respetar horario, no salir con clientes, no ir de copas, o cobrar extra por cosas adicionales o no hacerlas. ¡A donde vamos a llegar! dirían.
Entonces llegaron las mujeres en régimen de igualdad... o de superioridad´al plano del empleado ejecutivo de gandes empresas. Y...¿Quien -hombre hetero, claro- se niega ante una seductora hembra ansiosa de machirulo pichafloja que preferirá una operación de compra, de venta o de lo que sea (operación y cama todo en uno) en esta empresa que en esta otra en la que solo le invita a wisky y además no es Cardhu, y le lleva a una casa de lenocinio?
Y claro, que la jefa (o el jefe) haga lo que le dé la gana, vale. Pero que exija a las empleadas, ejecutivas de altas finanzas, claro, que su contrato incluya la prostitución, pues, ¡qué cosas! va y sienta mal. (Es que hay cada una... "si no tiene nada de malo", dirán, qué sensibilidad tienen estas...).
Porque en régimen de alcance de igualdad, las mujeres ejecutivas "debían" arriesgarse al linfoma de endometrio, como aquellos con lo de la cirrosis, además de repartir por ahí otras bondades sexuales víricas o bacterianas.
Pero llegaron tarde. Tarde, porque los ejecutivos con derechos exigentes ya no iban a fumar, ni a beber, ni a ir de mujeres de pago con clientes. Y ellas no iban a empezar la historia desde el principio.
Total, que aceptan el puesto. Aceptan que la jefa les diga con quien se acuestan, pero... llegado el guarro, al que le huele mal todo, el que es repugnante de aspecto, baboso y desagradable, la empleada ejecutiva (la que por sueldo perdió su marido, a sus hijos, y nada en dólares fáciles de ganar) dice que no.
Y se monta el zipizape. ¡¿Coooomo que no te acuestas con Don Fulgenciooooo?! ¡Faltaba más! (etc.)
La verdad es que expuesto así (por favor, es mucha coña, es más bién recoña) se entiende lo que se entiende, y mirando la vida ves lo que es real.
También hay esperpentos, mujeres que traen niñas para que sus maridos las disfruten, y cosas así, que dejan perplejo. O sea... a lo mejor lo explicado no es tanta recoña, ni siquiera coña. A ver si he retratado una realidad...
¿Alguno sabe más que yo?
Pues que lo cuente.
Y como lo he traducido:
Nueva York - Escoltada con el Príncipe Alberto II de Mónaco. Junto con Robbie Williams. La gerente de la joyería alemana Caroline Scheufele es una invitada bienvenida. ¡Pero hay arañazos en la laca brillante!
Se dice que el copresidente del fabricante suizo de relojes y joyas Chopard impidió que una empleada tuviera relaciones sexuales con los clientes para cerrar acuerdos de venta, afirma la ex-empleada Desiree Gallas.
"La política de Scheufele recuerda al notorio 'proxenetismo' de Ghislaine Maxwell con las mujeres en nombre de Jeffrey Epstein y es innegablemente ilegal", informa el New York Post sobre la demanda contra el alemán.
Duras acusaciones contra la alemana: Según los investigadores, se dice que Ghislaine Maxwell estuvo en parte involucrada en el abuso. La víctima más joven tenía 14 años, según la fiscalía.
Las acusaciones contra Maxwell se refieren a tres presuntas víctimas y al período comprendido entre 1994 y 1997. Se le imputan seis cargos, entre ellos seducir a menores para que cometieran actos sexuales ilegales y perjurio. Cada uno de los cargos conlleva sentencias máximas de cinco a diez años de prisión.
Scheufele, a quien se veía a menudo al lado de Harvey Weinstein, se había acostado ella misma con clientes ricos y exigía cosas similares a las empleadas, según las acusaciones.
Desiree Gallas trabajó en la compañía entre 2014 y 2019. Junto con Scheufele, cortejaban a los potenciales compradores en los eventos.
En un evento en 2017 se dice que un cliente intentó besar a Scheufele primero y luego a ella. Cuando Gallas se enfrentó a Scheufele, ella respondió: "Harás lo que tengas que hacer para cerrar esta venta".
No se hizo nada para detener el "acoso sexual", afirma Desiree Gallas. En un festival de cine, Scheufele supuestamente permitió que un cliente masculino le tocara los pezones en su presencia.
Después de que Gallas se quejara del acoso sexual en 2019, fue despedida. Y el gigante de la purpurina Chopard cree en Scheufele: "Chopard cree que sus sensacionales afirmaciones no son más que una táctica desesperada".