Monsignore
Habitual
Sin verificar
Pues como su propio nombre indica, no me acababan de hacer el peso las agujas del Aqualacel de Bersigar
El reloj está francamente bien para lo que es (unos +0.5seg/día), pero vamos a ver qué tal luce con otras manecllas. Y de paso, echamos la tarde y aprendemos alguna cosilla.
Estas son las elegidas: Poco más de tres mortadelos en Aliexpress:
En primer lugar, por supuesto, retiramos el armys para que no estorbe
Buscamos el punto justo en el que cambia la fecha, y dejamos las agujas ahí
Retiramos la tapa con la Jaxita (y foto pa recordar cómo estaba todo)
Y quitamos la bata
Empezamos bien. En los NH36, según Youtube, hay que presionar en un resorte al lado de la tija - y el resorte no aprece por ningún lado. Claro, como que está el rotor por en medio. Con una sonrisita de suficiencia, aparto el rotor... y aquí no aparece ningún resorte.
Vuelta a Youtube, y me encuentro con que el resorte sólo asoma cuando la corona está en su posición retraída. Pues vaya gracia.
Bueno, empujo la corona y la palanquita asoma el hociquito. Suave presión, tirón de la corona y ésta y la tija salen tranquilamente. Hasta ahora, vamos bien.
Retiramos el movimiento (Señor, qué nervios) y volvemos a colocar la tija en su sitio, tirando de la corona para inmovilizar las agujas.
Protegemos con un Post-It la esfera, y ya tenemos al paciente bajo las sábanas y preparao para la agujotomía:
Esto te va a doler a tí más que a mí (más que nada, porque a mí no me importa):
Y vamos a empezar. Manejaremos las agujas con mucho cuidado, que ya hemos pasao por ahí y hemos descubierto que el lumen de las manecillas baratunas se descascarilla con sólo mirarlo
Juego de empujadores de Amazon (trece sestercios)
Bueno, pues la horaria ya está colocada: Comprobamos que gire bien y que el cambio de fecha funcione comilfó:
Repetimos la jugada para el minutero, y volvemos a comprobar que el cambio de fecha sea correcto y que las manecillas no tropiecen entre sí. Cambia la fecha a las doce y tres minutos, algo con lo que puedo vivir.
La Madre Abadesa aprovecha el momento para decirme que tengo que llevar al Monsignorito a no sé dónde, y cuando vuelvo se dedica a enseñarme unos zapatos divinos que quiere comprarse.
Y yo, sonriendo. Así se gana el Cielo.
Bien, retomamos la faena con la segundera. Me cuesta menos de lo que esperaba, pero al cruzar sobre las demás, se para.
Mal vamos. Huele a aguja torcida.
Un vistazo lateral revela que no ha costao ponerla, pero que se ha puesto al tresbolillo. La foto es sencillamente asquerosa, pero se aprecia la curvatura de la aguja y cómo roza con las demás.
Bueno, sujetando la segundera sobre el eje y con la hoja de un cutter levantamos la segundera hasta que gira libre como un taxi.
Hora de chapar.
Colocamos la bata - tenemos la corona atornillada - y la tapa no cierra. Huy.
O se me ha olvidao cómo van las roscas, o esto está tropezando con algo. Bueno, pues desmontamos la bata y la volvemos a poner.
Y no entra. Y no entra. Y no entra.
Estudiando con cuidadito el asunto, la bata tropieza en el lado opuesto a la tija. Y es porque la corona tiene que estar extraída, si no, no hay manera.
Ole.
Extraída la corona, no hay más dificultades para colocar la bata. Volvemos a atornillar la corona.
Cerramos la tapa... y la rosca no engancha. Un intento, y otro, y otro... y ná. Y es que el hideputa del chino de turno - que Dios confunda - ha diseñao la rosca al revés. Se atornilla como si la desatornillases. Diabólica astucia, perfidia oriental, retorcida estratagema para evitar el espionaje, o que como están en otro hemisferio funcionan al revés. Lo mismo celebran la Navidad en Julio, como los argentinos.
Bueno, pues ya tenemos al Aqualacel con su corbata nueva:
Cosa de hora y media de faena, contando con los tropezones. La verdad es que esperaba que fuera más trabajoso.
Como decía Gusteau, "cualquiera puede cocinar"
El resultado estará más o menos rico, pero "cualquiera puede cocinar".
Vamos, que si yo puedo hacerlo, un gambusino con calcetines en las manos también puede.
El reloj está francamente bien para lo que es (unos +0.5seg/día), pero vamos a ver qué tal luce con otras manecllas. Y de paso, echamos la tarde y aprendemos alguna cosilla.
Estas son las elegidas: Poco más de tres mortadelos en Aliexpress:
En primer lugar, por supuesto, retiramos el armys para que no estorbe
Buscamos el punto justo en el que cambia la fecha, y dejamos las agujas ahí
Retiramos la tapa con la Jaxita (y foto pa recordar cómo estaba todo)
Y quitamos la bata
Empezamos bien. En los NH36, según Youtube, hay que presionar en un resorte al lado de la tija - y el resorte no aprece por ningún lado. Claro, como que está el rotor por en medio. Con una sonrisita de suficiencia, aparto el rotor... y aquí no aparece ningún resorte.
Vuelta a Youtube, y me encuentro con que el resorte sólo asoma cuando la corona está en su posición retraída. Pues vaya gracia.
Bueno, empujo la corona y la palanquita asoma el hociquito. Suave presión, tirón de la corona y ésta y la tija salen tranquilamente. Hasta ahora, vamos bien.
Retiramos el movimiento (Señor, qué nervios) y volvemos a colocar la tija en su sitio, tirando de la corona para inmovilizar las agujas.
Protegemos con un Post-It la esfera, y ya tenemos al paciente bajo las sábanas y preparao para la agujotomía:
Esto te va a doler a tí más que a mí (más que nada, porque a mí no me importa):
Y vamos a empezar. Manejaremos las agujas con mucho cuidado, que ya hemos pasao por ahí y hemos descubierto que el lumen de las manecillas baratunas se descascarilla con sólo mirarlo
Juego de empujadores de Amazon (trece sestercios)
Bueno, pues la horaria ya está colocada: Comprobamos que gire bien y que el cambio de fecha funcione comilfó:
Repetimos la jugada para el minutero, y volvemos a comprobar que el cambio de fecha sea correcto y que las manecillas no tropiecen entre sí. Cambia la fecha a las doce y tres minutos, algo con lo que puedo vivir.
La Madre Abadesa aprovecha el momento para decirme que tengo que llevar al Monsignorito a no sé dónde, y cuando vuelvo se dedica a enseñarme unos zapatos divinos que quiere comprarse.
Y yo, sonriendo. Así se gana el Cielo.
Bien, retomamos la faena con la segundera. Me cuesta menos de lo que esperaba, pero al cruzar sobre las demás, se para.
Mal vamos. Huele a aguja torcida.
Un vistazo lateral revela que no ha costao ponerla, pero que se ha puesto al tresbolillo. La foto es sencillamente asquerosa, pero se aprecia la curvatura de la aguja y cómo roza con las demás.
Bueno, sujetando la segundera sobre el eje y con la hoja de un cutter levantamos la segundera hasta que gira libre como un taxi.
Hora de chapar.
Colocamos la bata - tenemos la corona atornillada - y la tapa no cierra. Huy.
O se me ha olvidao cómo van las roscas, o esto está tropezando con algo. Bueno, pues desmontamos la bata y la volvemos a poner.
Y no entra. Y no entra. Y no entra.
Estudiando con cuidadito el asunto, la bata tropieza en el lado opuesto a la tija. Y es porque la corona tiene que estar extraída, si no, no hay manera.
Ole.
Extraída la corona, no hay más dificultades para colocar la bata. Volvemos a atornillar la corona.
Cerramos la tapa... y la rosca no engancha. Un intento, y otro, y otro... y ná. Y es que el hideputa del chino de turno - que Dios confunda - ha diseñao la rosca al revés. Se atornilla como si la desatornillases. Diabólica astucia, perfidia oriental, retorcida estratagema para evitar el espionaje, o que como están en otro hemisferio funcionan al revés. Lo mismo celebran la Navidad en Julio, como los argentinos.
Bueno, pues ya tenemos al Aqualacel con su corbata nueva:
Cosa de hora y media de faena, contando con los tropezones. La verdad es que esperaba que fuera más trabajoso.
Como decía Gusteau, "cualquiera puede cocinar"
El resultado estará más o menos rico, pero "cualquiera puede cocinar".
Vamos, que si yo puedo hacerlo, un gambusino con calcetines en las manos también puede.
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