Topillo
Quasi-forer@
Sin verificar
Barra libre en el AVE
M. PORTILLA. MADRID.
Al AVE de la línea Madrid-Barcelona no paran de crecerle los enanos. Después de los retrasos y demás incidentes ocurridos hasta su puesta en marcha, ahora que circula, y bastante bien, también le surgen problemas inesperados un tanto absurdos.
Ayer, el tren que partió de Madrid a la una y media de la tarde hizo todo el recorrido hasta Barcelona sin el personal que realiza el servicio a bordo. La causa: un error de la compañía Wagon Lits, responsable de esa prestación, al no tener asignada la tripulación que debía viajar en el convoy 3133.
Teniendo en cuenta que era la hora de la comida, y los pasajeros de las clases Preferente y Club tienen derecho a ese servicio, y que los pasajeros de Turista también comen, aunque tengan que acudir al bar para comprar un bocadillo y pagarlo, se produjo una especie de motín a bordo y asaltaron, en el más estricto sentido de la palabra, la barra del bar en busca de bebidas y de las pocas provisiones que pudieron encontrar en su interior. Se produjo una especie de situación similar al ¡barra libre para todos! que revolucionó a la mayoría de los ocupantes del tren.
La prensa también se la autosuministraron los propios pasajeros, el vídeo no funcionaba, la llegada a las estaciones no se anunciaba previamente por la megafonía y el jefe de tren hacía las veces de azafata o de camarera repartiendo bandejas de comida como buenamente podía.
Las fuentes de Renfe señalaron ayer a este periódico que además del conductor del tren había tres supervisores a bordo. Bien le va a venir a la compañía que hubiera tanto supervisor en el tren, por si descubrieron a algún pasajero sin billete, porque probablemente al resto de los viajeros, al menos a los de Preferente y Club, les van a tener que devolver el importe.
No obstante, Renfe asegura que ese gasto correrá a cargo de Wagon Lits, como responsables del servicio. Los pasajeros tienen a partir de hoy dos meses para reclamar la devolución del importe pagado por el billete. A mitad de camino, en Zaragoza, intentaron arreglar el desaguisado con la incorporación de una persona en el bar, aunque con toda probabilidad para entonces no debía de quedar nada o casi nada.
M. PORTILLA. MADRID.
Al AVE de la línea Madrid-Barcelona no paran de crecerle los enanos. Después de los retrasos y demás incidentes ocurridos hasta su puesta en marcha, ahora que circula, y bastante bien, también le surgen problemas inesperados un tanto absurdos.
Ayer, el tren que partió de Madrid a la una y media de la tarde hizo todo el recorrido hasta Barcelona sin el personal que realiza el servicio a bordo. La causa: un error de la compañía Wagon Lits, responsable de esa prestación, al no tener asignada la tripulación que debía viajar en el convoy 3133.
Teniendo en cuenta que era la hora de la comida, y los pasajeros de las clases Preferente y Club tienen derecho a ese servicio, y que los pasajeros de Turista también comen, aunque tengan que acudir al bar para comprar un bocadillo y pagarlo, se produjo una especie de motín a bordo y asaltaron, en el más estricto sentido de la palabra, la barra del bar en busca de bebidas y de las pocas provisiones que pudieron encontrar en su interior. Se produjo una especie de situación similar al ¡barra libre para todos! que revolucionó a la mayoría de los ocupantes del tren.
La prensa también se la autosuministraron los propios pasajeros, el vídeo no funcionaba, la llegada a las estaciones no se anunciaba previamente por la megafonía y el jefe de tren hacía las veces de azafata o de camarera repartiendo bandejas de comida como buenamente podía.
Las fuentes de Renfe señalaron ayer a este periódico que además del conductor del tren había tres supervisores a bordo. Bien le va a venir a la compañía que hubiera tanto supervisor en el tren, por si descubrieron a algún pasajero sin billete, porque probablemente al resto de los viajeros, al menos a los de Preferente y Club, les van a tener que devolver el importe.
No obstante, Renfe asegura que ese gasto correrá a cargo de Wagon Lits, como responsables del servicio. Los pasajeros tienen a partir de hoy dos meses para reclamar la devolución del importe pagado por el billete. A mitad de camino, en Zaragoza, intentaron arreglar el desaguisado con la incorporación de una persona en el bar, aunque con toda probabilidad para entonces no debía de quedar nada o casi nada.