josera15
Habitual
Sin verificar
Aunque resulte repetitivo el tema de la política actual de Rolex en cuanto al trato a sus clientes o potenciales clientes, me gustaría compartir con vosotros lo que me sucedió hace unos días en El Corte Inglés de Castellana. La cuestión es que me acerqué a comprar una correa de caucho para el Breitling Avenger GMT y, como os pasará a muchos, la visita por los diferentes expositores se hace obligada. Además, tenía en mente probarme el Explorer II en blanco para ver como quedaba en mi muñeca.
Total, que con pocas espeanzas entré en la Boutique de Rolex. El panorama, aunque ya habitual, no dejaba de ser desolador. Huecos vacíos y unos pocos relojes de señora esparcidos entre dichos huecos.
Pero vamos al lío. Allí había dos personas, un chico y una chica. Les pregunto si tienen disponible algún Explorer II en blanco para verlo y, en un primer momento, me dicen que no. Pero a los pocos segundos la chica me dice: "Espere un momento porque creo que tenemos uno dentro que nos ha llegado para un cliente". Acto seguido, la chica pregunta al chico si va a por el reloj, a lo que el chico dice que no, que no hay.
La chica insiste y me vuelve a decir que sí y, ante la negativa de su compañero a enseñármelo, ella misma se dirige al interior y a los pocos segundos vino con un Explorer II blanco, el cual me enseñó y me estuve probando.
En honor a la verdad, tengo que decir que el chico era un tipo bastante seco, mientras que la chica, en todo momento, se portó como mucha amabilidad y simpatía.
Pero la cuestión es que la escena me pareció un poco surrealista... El chico diciendo que no lo tenían y la chica diciendo que sí, que me lo sacaba en un momento. Incluso puedo entender que, si el reloj ya estaba asignado a un cliente, no quisieran enseñarlo, pero en todo caso, me parece que da mala imagen esa pequeña discusión que se entabló entre ambos. Sólo espero que la chica no fuera reprendida por haberme enseñado el reloj, pues, como he dicho anteriormente, me atendió con mucha amabilidad.
Por último, decir que el reloj me parece precioso pero un poco grande para mi muñeca, lo cual no sé si me sirvió de disgusto o de alivio al descartar su compra.
Total, que con pocas espeanzas entré en la Boutique de Rolex. El panorama, aunque ya habitual, no dejaba de ser desolador. Huecos vacíos y unos pocos relojes de señora esparcidos entre dichos huecos.
Pero vamos al lío. Allí había dos personas, un chico y una chica. Les pregunto si tienen disponible algún Explorer II en blanco para verlo y, en un primer momento, me dicen que no. Pero a los pocos segundos la chica me dice: "Espere un momento porque creo que tenemos uno dentro que nos ha llegado para un cliente". Acto seguido, la chica pregunta al chico si va a por el reloj, a lo que el chico dice que no, que no hay.
La chica insiste y me vuelve a decir que sí y, ante la negativa de su compañero a enseñármelo, ella misma se dirige al interior y a los pocos segundos vino con un Explorer II blanco, el cual me enseñó y me estuve probando.
En honor a la verdad, tengo que decir que el chico era un tipo bastante seco, mientras que la chica, en todo momento, se portó como mucha amabilidad y simpatía.
Pero la cuestión es que la escena me pareció un poco surrealista... El chico diciendo que no lo tenían y la chica diciendo que sí, que me lo sacaba en un momento. Incluso puedo entender que, si el reloj ya estaba asignado a un cliente, no quisieran enseñarlo, pero en todo caso, me parece que da mala imagen esa pequeña discusión que se entabló entre ambos. Sólo espero que la chica no fuera reprendida por haberme enseñado el reloj, pues, como he dicho anteriormente, me atendió con mucha amabilidad.
Por último, decir que el reloj me parece precioso pero un poco grande para mi muñeca, lo cual no sé si me sirvió de disgusto o de alivio al descartar su compra.
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