Othelo
Milpostista
Sin verificar
Cuando eramos pequeños y visitabamos la casa familiar la biblioteca de mi abuelo era uno de aquellos lugares celosamente guardados en donde no estábamos permitidos de jugar. En ella escribio una treintena de libros y más de 300 artículos académicos en sus prolíficos 105 años de vida. Una tarde cuando no andaban mis primos de visita y yo me entertenía viendo unas revistas de principio de siglo con ilustraciones de la Gran Guerra, mi abuelo me llamó a su escritorio, y abriendo una gaveta secreta sacó este tintero de su interior. Me dijo que era el tintero de viaje de su abuelo que era juez de tierras en la provincias y viajaba mucho por los litigios. Nunca más volvía a verlo, y el escritorio con llave no permitía hacer mayores averiguaciones. Ahora que el no está, y que aquellos amados muros han caído ante el "progreso" inmobilirio en Lima, me ha tocado en suerte el escritorio y para sorpresa mía, el contenido de la dichosa gaveta...
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