atorling
Habitual
Sin verificar
Ahora que se conmemoran 10 años del 11-S no me deja de venir a la memoria nuestra tragedia. Es una de las fechas que más se me ha grabado en la memoria, como a todos, supongo.
Aunque en la vida me han pasado infinidad de cosas buenas, malas y muy malas que me tocaban más directamente.
Llevaba unos seis meses casado y recuerdo que estaba feliz pensando en ir a comer con mis padres por mi 33 cumpleaños. Cuando llegué a la oficina acababa de ocurrir y las cifras subían a una velocidad vertiginosa. Todo el mundo decía que esta vez ETA se había pasado una barbaridad.
A medio día la M-30 madrileña parecía un cortejo fúnebre, era algo sobrecogedor. Todo el mundo marchaba en sus coches en silencio, despacio, escuchando la radio, en estado de shock. Nadie pitaba, aceleraba o pegaba un volantazo. Las cifras ya pasaban de 50 muertos a esas horas.
Fue la segunda vez en mi vida que lloraba por algún extraño. La primera, cuando en mi ardorosa juventud, antes de desencantarme y dejarlo, milité por poco tiempo en un partido y conocí a Goyo Ordoñez (concejal de San Sebastián, futuro alcalde en todos los pronósticos y verdaderamente uno de los pocos decentes y con entusiasmo). Su muerte fue esa primera vez que lloré por alguien que no era de mi entorno, por desgraacia los asesinos obtuvieron lo que buscaban y todo quedó como ellos querían. El 12 de marzo, viendo aquella brutalidad contra tantos como yo, la segunda.
Ocurrió en la linea de renfe que usaba mi mujer cuando era estudiante para ir a la Uni de Alcalá, y que tantas veces tomé yo también para ir a verla, todo me era tan familiar...
Aquel día volaron a una ex compañera de trabajo(también hirieron a familiares de conocidos).No pude localizar a su familia, ni quise molestarlos después.
Los malnacidos que hicieron aquello, los que colocaron las bombas, los que las fabricaron, los que aportaron el Titadine (lo de la goma dos no se lo cree ni el tato), los que lo idearon, los que oculltaron las pruebas, los que pusieron y siguen poniendo trabas a la justicia, los que tenían la campaña mediatica preparada, todos se salieron con la suya.
Hoy aún pagamos las consecuencias, muchos se marchan ricos, algunos se quedan, más ricosde lo que eran, el resto de los españoles , como un amigo que se suicidó por depresión tras tanto tiempo en paro, caminamos decididos a la miseria gracias a aquel cambio traumático que se produjo entonces.
No sé si alguien tendrá los arrestos para desentrañar esa madeja que seguro se urdió desde dentro y fuera de un estado corrupto y sin escrúpulos( ¿participaron los servicios Marroquíes? ¿Parte del CNI?¿Mandos de la GC de Asturias? ¿Politicos en tratos con ETA y ésta misma?¿Todos estosd y más?). Sólo sabemos a quién benefició, y quién impide todos los intentos de investigar, pero como suele ocurrir, como pasó con JFK hace 50 años, lo más probable es que hayan demasiadas toneladas de cal encima del asunto para que alguien pelee por nuestro derecho a saber.
Aunque en la vida me han pasado infinidad de cosas buenas, malas y muy malas que me tocaban más directamente.
Llevaba unos seis meses casado y recuerdo que estaba feliz pensando en ir a comer con mis padres por mi 33 cumpleaños. Cuando llegué a la oficina acababa de ocurrir y las cifras subían a una velocidad vertiginosa. Todo el mundo decía que esta vez ETA se había pasado una barbaridad.
A medio día la M-30 madrileña parecía un cortejo fúnebre, era algo sobrecogedor. Todo el mundo marchaba en sus coches en silencio, despacio, escuchando la radio, en estado de shock. Nadie pitaba, aceleraba o pegaba un volantazo. Las cifras ya pasaban de 50 muertos a esas horas.
Fue la segunda vez en mi vida que lloraba por algún extraño. La primera, cuando en mi ardorosa juventud, antes de desencantarme y dejarlo, milité por poco tiempo en un partido y conocí a Goyo Ordoñez (concejal de San Sebastián, futuro alcalde en todos los pronósticos y verdaderamente uno de los pocos decentes y con entusiasmo). Su muerte fue esa primera vez que lloré por alguien que no era de mi entorno, por desgraacia los asesinos obtuvieron lo que buscaban y todo quedó como ellos querían. El 12 de marzo, viendo aquella brutalidad contra tantos como yo, la segunda.
Ocurrió en la linea de renfe que usaba mi mujer cuando era estudiante para ir a la Uni de Alcalá, y que tantas veces tomé yo también para ir a verla, todo me era tan familiar...
Aquel día volaron a una ex compañera de trabajo(también hirieron a familiares de conocidos).No pude localizar a su familia, ni quise molestarlos después.
Los malnacidos que hicieron aquello, los que colocaron las bombas, los que las fabricaron, los que aportaron el Titadine (lo de la goma dos no se lo cree ni el tato), los que lo idearon, los que oculltaron las pruebas, los que pusieron y siguen poniendo trabas a la justicia, los que tenían la campaña mediatica preparada, todos se salieron con la suya.
Hoy aún pagamos las consecuencias, muchos se marchan ricos, algunos se quedan, más ricosde lo que eran, el resto de los españoles , como un amigo que se suicidó por depresión tras tanto tiempo en paro, caminamos decididos a la miseria gracias a aquel cambio traumático que se produjo entonces.
No sé si alguien tendrá los arrestos para desentrañar esa madeja que seguro se urdió desde dentro y fuera de un estado corrupto y sin escrúpulos( ¿participaron los servicios Marroquíes? ¿Parte del CNI?¿Mandos de la GC de Asturias? ¿Politicos en tratos con ETA y ésta misma?¿Todos estosd y más?). Sólo sabemos a quién benefició, y quién impide todos los intentos de investigar, pero como suele ocurrir, como pasó con JFK hace 50 años, lo más probable es que hayan demasiadas toneladas de cal encima del asunto para que alguien pelee por nuestro derecho a saber.