Antes de empezar a escribir con estilográfica, lo hacía con bolígrafos BIC cristal y BIC naranja. Llevaba en mi plumier uno de cada color disponible: azul, rojo, verde, negro, así que cargaba con ocho bolígrafos, que usaba para diferentes menesteres, según su color y grosor de escritura.
Con las estilográficas tiendo a hacer lo mismo. Tengo la Pelikan 800 con distintos plumines (dos cuerpos distintos y cuatro plumines: EF, F, OM y BB), la Montblanc 146 en F, M y B. Y la Lamy Safari en toda la gama de puntos de escritura, desde EF hasta 1.5. De todos modos, tiendo más a repetir el mismo modelo en acabados distintos conservando el mismo punto. Así, tengo tres Platinum 3776 F, una negra, otra azul y otra burdeos. Y cuatro Kaweco Classic Sport en punto F: negra, azul, verde y granate. Y tres Waterman Phileas (verde, azul y roja) en punto F. Cuando las uso, las entinto con un color de tinta "a juego".
¿Explicación? Ninguna. Esto no tiene explicación racional. Es una adicción, un vicio de coleccionista-consumidor compulsivo. Se nos han sobreactivado las neuronas que generan un mecanismo de recompensa placentero y no podemos parar de comprar plumas, porque nos da la gana. Y como nos gusta, seguimos haciéndolo.