¿Quién tiene la culpa? Un poco todos, pero en especial la gente que trabaja en los colegios e institutos, que ven cómo ese niño, crece, se relaciona, etc. Muchos profesores sin vocación de enseñar, administrativos chupando del estado, y la apas (asociaciones de padres de alumnos) distrayendo a los directores con sus tonterías.
Mi querido amigo: en más de 25 años de docencia, cada vez que encuentro a un niño de los que tú dices (9 o 10 años) con posibilidad de ser conflictivo, basta con echar una mirada hacia la familia para comprender de donde le vienen los problemas. Es muy fácil culpar a la sociedad, el estado, etc. pero te aseguro que la familia es el estamento FUNDAMENTAL para la educación del niño.
Por otro lado, a los 9 o 10 años puede ya ser tarde para reconducir una conducta que ha venido siendo consentida, cuando no alentada, por su familia desde hace ya años.
Te asombraría saber la de madres y padres de niños de 3 años que se confiesan imposibilitados de corregir la mala conducta de sus hijos (El porcentaje es escandaloso). Salvo casos puntuales - casos muy minoritarios - no es problema de los niños sino ineptitud y falta de sentido común+comodidad de la famila.
Te asombraría asimismo saber a cuantas familias he informado de los posibles problemas que se veían ya en el horizonte cuando su niño era bien pequeño y... creo que menos de un 5% de ellas tomaron alguna medida eficaz (las medidas eficaces suponen, el la mayor parte de los casos, el esfuerzo de meditar y reconducir la conducta familiar, atención, dedicación, cariño, etc.) Ahora me encuentro en ocasiones a esos niños y niñas, ya mayorcitos y absolutamente perdidos.
Por supuesto que hay malos docentes, que la sociedad no ayuda a educar de manera coherente y muchos inconvenientes más, pero descargar el peso del fracaso en la escuela y más tarde en el instituto es no querer ver la realidad de una sociedad, formada por todos, donde el esfuerzo y el trabajo no son moneda corriente de pago.
¿Alguna luz al final del túnel? Si. Me he encontrado con niños con especiales dificultades para los estudios, con problemas de carácter pero con una familia detrás pendiente y atenta. Peleando por su hijo o por su hija al lado del maestro y esos, a pesar de sus dificultades, van saliendo adelante. Algunos a trancas y barrancas pero sus padres están orgullosos de cada uno de sus éxitos y avances y orgullosos de estar al lado de su hijo. Sencillamente lo educan.
Disculpa el ladrillo pero uno se cansa de pelear por esos casos difíciles y no encontrar a nadie a tu lado en la trinchera.