Bueno, pues la verdad, no sabía que me los podrían devolver a la salida del país. Decidí que compraría la guitarra dos días antes de salir de España, y entre ese poco tiempo de margen, y que allí tampoco tuve parada (además de patearme NY hasta el tuétano, también visité Washington y Boston, precioso todo lo que vi), no pude informarme mucho.
De todas formas, aun sabiéndolo en ese momento, no sé qué habría hecho. Me explico: pensando en temas arancelarios, pensé: "si al venir, en aduanas alguien me dice algo, le digo que esta es mi guitarra, que cómo diablos la voy a declarar si me la traje de España como equipaje de mano, ya vine con ella". Porque nadie lleva registro de lo que te llevaste de acá. Así que me la traje como equipaje de mano (
nunca facturar una guitarra, si le teneis aprecio).
Hombre, no sé muy bien cómo funciona esto, pero si en el aeropuerto puedes arreglar para que te devuelvan los impuestos, tal vez a raíz de ese registro salga mi compra en el ordenador de los chicos de aduanas y... ¡bingo! A apokinar, tocan. No quiero imaginarme la salsa a pagar entonces.
Me salió nueva en 2550 €, impuestos incluidos, cuando el precio habitual en Europa son 3700, e imposible de conseguir por menos de 3500, así que me dí con un canto en los dientes por no pagar aduanas.
De todas formas, muchas gracias por la información, no lo sabía. Para la próxima, me voy a guardar todos los tickets de las hamburguesas con patatas, las consumiciones en Starbucks o los calzoncillos que me compré en el Soho para que el tío Sam me vaya devolviendo la pasta
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Bueno, un saludo.