LGT
Forer@ Senior
Sin verificar
Me gustaría hacer una pequeña revisión, un pequeño examen, a la que seguramente sea mi estilográfica preferida: La Lamy 2000
Esta pluma es todo un hito en la historia de la escritura y de la propia Lamy. Con su nacimiento en 1966 la Lamy 2000 condensa todas las notas que, aún hoy, definen a la empresa: Funcionalidad, sobriedad, diseños sencillos, proporcionados y cuidados.
La pluma fue diseñada por Gerd A. Müller y aunque Herr Müller falleció en 1991 su creación sigue siendo el buque insignia de Lamy. Si visitáis la web de Lamy podréis conocer a los diseñadores que han trabajado en la empresa de Heidelberg (creo que es la única que muestra al hombre que hay tras el producto).
Müller en los años ´70. (Imagen tomada de Lamy.de)
Esta estilográfica viene en una sencilla (me encanta) cajita de cartón con la garantía y un catálogo que a la vez hace las veces de librito de instrucciones. En la portada se lee “kein Design schreibt besser” o “ningún diseño escribe mejor”. Simple, directo y utilitario.
La 2000 es un ejemplo claro de la filosofía de diseño de la Bauhaus según la cual la forma sigue a la función (Die Form folgt aus der Funktion). Exteriormente la pluma es sobria a más no poder. El cuerpo negro está fabricado en Makrolon (fibra de vidrio) cepillado y tiene dos adornos plateados de acero: El clip y la sección que contiene el plumín. El Makrolon es un material muy agradable al tacto y que enseguida se calienta cuando se coge la estilográfica lo cual hace muy placentero el simple hecho de tenerla entre las manos (lo sé, soy rarito…).
Para controlar el nivel de tinta cuenta con unas pequeñas ventanas que cumplen su función aunque se necesita cierta práctica para poder determinar cuánta tinta queda porque las ventanitas son muy pequeñas.
El clip es una pieza maciza de acero y en su lateral se encuentra grabado el nombre del fabricante. En la parte inferior aparece grabada la indicación “GERMANY 2” o “W. GERMANY” si la pluma es de antes de la caída del Muro.
El capuchón se fija ayudado por unas pequeñas protuberancias situadas entre la sección del plumín y el cuerpo principal de la estilográfica. Me parece una solución muy acertada aunque, también es verdad, algunas personas encuentran incómodas esas pequeñas “orejas” a la hora de escribir. La diabetes me ha dejado unos agradables callos en los dedos así que si no fuera por todo lo que he leído sobre ellas seguiría sin saber que están ahí cuando escribo.
La pluma es ligera (poco más de 20 gramos cargada) pero transmite sensación de robustez y solidez. La fibra de vidrio resiste bastante bien los rayones y el uso diario lo que convierte a esta estilográfica en una verdadera pluma “de batalla” (aunque habría que preguntar al público en general si se puede considerar “de batalla” un instrumento de escritura que se vende en las librerías por entre 100 y 130 euros).
El mecanismo de carga es de pistón. Admite una muy respetable cantidad de tinta pero no es tan suave como el pistón de Pelikan, el rey indiscutible de la categoría. A su favor hay que decir que está muy bien disimulado y es casi imposible distinguirlo a simple vista.
Detalle de la parte posterior donde se acciona el pistón.
Y dicho todo lo anterior… ¿cómo escribe?
Pues su plumín de oro de 14 quilates bañado en platino es bastante rebelde y solo se comporta bien cuando se utiliza sobre un buen papel (80 gr. / m2 como mínimo)
Sobre cualquier papel de inferior calidad su actuación deja que desear y sobre papel reciclado es, directamente, un auténtico infierno de rascado y tirones.
También dependiendo del papel el grosor del trazo varía sustancialmente. Así sobre un buen papel el plumín trazará una línea más gruesa que sobre un papel de escasa calidad. Quizá por esto último exista ese dicho tan extendido de que la 2000 escribe más bien tirando a lo grueso. Por mi parte solo puede decir que la mía tiene un plumín fino que escribe quizá un poquito más grueso que otros finos pero tampoco tanto y desde luego en papel malo el trazo se acerca peligrosamente a lo extrafino.
Muestra de escritura y comparación con otras estilográficas.
El plumín tiene un poquito de flexibilidad, proporciona algo de retroalimentación al escribir y tiene un punto dulce más bien pequeño a lo que contribuye, además de su propio diseño, el hecho de que solo asome al exterior una pequeña parte del mismo lo que, a mi por lo menos, me dificulta a veces alinearlo correctamente a la primera.
Si queréis saber qué plumín lleva vuestra 2000 solo tenéis que desenroscar la sección del plumín y tirar de él hacia afuera con cuidado para extraerlo.
Por último el servicio postventa de Lamy se encargará de cualquier problema que pueda surgir con la estilográfica. Son rápidos (en dos semanas está la pluma de vuelta. Omega no estoy mirando a nadie…), comunicativos (idem) y tras dos visitas de mi 2000 a Heidelberg creo que se les ha olvidado cobrarme (idem…) Sinceramente no he visto nada igual en el campo de los servicios técnicos.
Y eso es todo. Espero que os haya gustado esta pequeña review de la Lamy 2000. La pluma funcional y anti bling. La pluma anti Montblanc.
Dedicado a la memoria de su creador Gerd Alfred Müller.
Esta pluma es todo un hito en la historia de la escritura y de la propia Lamy. Con su nacimiento en 1966 la Lamy 2000 condensa todas las notas que, aún hoy, definen a la empresa: Funcionalidad, sobriedad, diseños sencillos, proporcionados y cuidados.
La pluma fue diseñada por Gerd A. Müller y aunque Herr Müller falleció en 1991 su creación sigue siendo el buque insignia de Lamy. Si visitáis la web de Lamy podréis conocer a los diseñadores que han trabajado en la empresa de Heidelberg (creo que es la única que muestra al hombre que hay tras el producto).
Müller en los años ´70. (Imagen tomada de Lamy.de)
Esta estilográfica viene en una sencilla (me encanta) cajita de cartón con la garantía y un catálogo que a la vez hace las veces de librito de instrucciones. En la portada se lee “kein Design schreibt besser” o “ningún diseño escribe mejor”. Simple, directo y utilitario.
La 2000 es un ejemplo claro de la filosofía de diseño de la Bauhaus según la cual la forma sigue a la función (Die Form folgt aus der Funktion). Exteriormente la pluma es sobria a más no poder. El cuerpo negro está fabricado en Makrolon (fibra de vidrio) cepillado y tiene dos adornos plateados de acero: El clip y la sección que contiene el plumín. El Makrolon es un material muy agradable al tacto y que enseguida se calienta cuando se coge la estilográfica lo cual hace muy placentero el simple hecho de tenerla entre las manos (lo sé, soy rarito…).
Para controlar el nivel de tinta cuenta con unas pequeñas ventanas que cumplen su función aunque se necesita cierta práctica para poder determinar cuánta tinta queda porque las ventanitas son muy pequeñas.
El clip es una pieza maciza de acero y en su lateral se encuentra grabado el nombre del fabricante. En la parte inferior aparece grabada la indicación “GERMANY 2” o “W. GERMANY” si la pluma es de antes de la caída del Muro.
El capuchón se fija ayudado por unas pequeñas protuberancias situadas entre la sección del plumín y el cuerpo principal de la estilográfica. Me parece una solución muy acertada aunque, también es verdad, algunas personas encuentran incómodas esas pequeñas “orejas” a la hora de escribir. La diabetes me ha dejado unos agradables callos en los dedos así que si no fuera por todo lo que he leído sobre ellas seguiría sin saber que están ahí cuando escribo.
La pluma es ligera (poco más de 20 gramos cargada) pero transmite sensación de robustez y solidez. La fibra de vidrio resiste bastante bien los rayones y el uso diario lo que convierte a esta estilográfica en una verdadera pluma “de batalla” (aunque habría que preguntar al público en general si se puede considerar “de batalla” un instrumento de escritura que se vende en las librerías por entre 100 y 130 euros).
El mecanismo de carga es de pistón. Admite una muy respetable cantidad de tinta pero no es tan suave como el pistón de Pelikan, el rey indiscutible de la categoría. A su favor hay que decir que está muy bien disimulado y es casi imposible distinguirlo a simple vista.
Detalle de la parte posterior donde se acciona el pistón.
Y dicho todo lo anterior… ¿cómo escribe?
Pues su plumín de oro de 14 quilates bañado en platino es bastante rebelde y solo se comporta bien cuando se utiliza sobre un buen papel (80 gr. / m2 como mínimo)
Sobre cualquier papel de inferior calidad su actuación deja que desear y sobre papel reciclado es, directamente, un auténtico infierno de rascado y tirones.
También dependiendo del papel el grosor del trazo varía sustancialmente. Así sobre un buen papel el plumín trazará una línea más gruesa que sobre un papel de escasa calidad. Quizá por esto último exista ese dicho tan extendido de que la 2000 escribe más bien tirando a lo grueso. Por mi parte solo puede decir que la mía tiene un plumín fino que escribe quizá un poquito más grueso que otros finos pero tampoco tanto y desde luego en papel malo el trazo se acerca peligrosamente a lo extrafino.
Muestra de escritura y comparación con otras estilográficas.
El plumín tiene un poquito de flexibilidad, proporciona algo de retroalimentación al escribir y tiene un punto dulce más bien pequeño a lo que contribuye, además de su propio diseño, el hecho de que solo asome al exterior una pequeña parte del mismo lo que, a mi por lo menos, me dificulta a veces alinearlo correctamente a la primera.
Si queréis saber qué plumín lleva vuestra 2000 solo tenéis que desenroscar la sección del plumín y tirar de él hacia afuera con cuidado para extraerlo.
Por último el servicio postventa de Lamy se encargará de cualquier problema que pueda surgir con la estilográfica. Son rápidos (en dos semanas está la pluma de vuelta. Omega no estoy mirando a nadie…), comunicativos (idem) y tras dos visitas de mi 2000 a Heidelberg creo que se les ha olvidado cobrarme (idem…) Sinceramente no he visto nada igual en el campo de los servicios técnicos.
Y eso es todo. Espero que os haya gustado esta pequeña review de la Lamy 2000. La pluma funcional y anti bling. La pluma anti Montblanc.
Dedicado a la memoria de su creador Gerd Alfred Müller.
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