Yo os voy a contar una historia y como Lanscotte cambio mi vida, yo era una persona sin motivación en la vida, caminaba con el mundo un día con un Rolex, otro día un Patek, otro día un Omega... Me sentía vacío, la vida pasaba como en esa rutina y sintiendo que por más que me empeñaba nada llenaba mi vida.
Pasaban mujeres preciosas por mi cama, ganaba dinero a montones, coches caros, casas de lujo, viajes a suites en hoteles de ensueño... Pero me sentía vacío, porque sabía que algo faltaba en mi vida.
Un día, por fin, aburrido en mi mansión de 25 baños puse uno de mis múltiples televisores y lo vi, el reloj Symbol de Lanscotte. Y supe que era lo que mi vida necesitaba para, por fin, tener sentido. Llame a mi contable, y aunque eran las cuatro de la mañana le obligue a trazar un plan económico.
Vendi mis 10 coches deportivos, mis 50 relojes de alta relojería, mis Rolex, mis empresas, mis mansiones y por fin, pude tenerlo.
Debo reconocer que llore cuando abrí esa caja y lo vi, acero quirúrgico, saber que podría lo mismo podría mirar la hora en el reloj que operarme con él de apendicitis... Y que decir de ese movimiento de cuarzo que como todos sabemos solo lo tiene la más altisima relojería tras siglos de investigación en maquinaria.
Ahora, mientras pido en la puerta del supermercado tras dilapidar mi fortuna por tener Lanscotte por fin soy feliz, disfrutar de vuestras baratijas de Patek, Vacheron, hacer listas de esperas de Rolex o comer tres veces al día y tener un techo. Nunca, tendréis como yo la colección completa de Lanscotte.