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Glashütte Original PanoReserve, por Paso

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REVISION del Glashütte Original PanoReserve




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GO PanoReserve







1.- UNOS TRAZOS HISTÓRICOS


Los orígenes de la manufactura Glashütte Original se remontan a1845, año en que Ferdinand Adolph Langue (1815-1875) fundó, en la sajona localidad del mismo nombre, su primera empresa de relojería tras la crisis de las explotaciones mineras de plata que, hasta entonces, habían constituido la base de la economía de los habitantes de la pequeña población de Glashütte (cuya traducción sería algo así como "cabaña de metal brillante").



La idea atrajo a otros maestros relojeros que acabaron estableciendo sus propias empresas en el valle del Müglitz y que pronto contribuirían al éxito común, sentando las bases de la alta relojería alemana cuya alta demanda internacional y éxito económico motivó en 1878 la creación en Glashütte de la Escuela Germana de Relojería.



No obstante, tras sobrevivir a la grave crisis económica de finales de los años veinte del pasado siglo, la exigencia de los procesos industriales se impuso al trabajo manual, habida cuenta de la popularización de los relojes de pulsera que permitía desarrollar múltiples diseños externos pero basados en un movimiento del mismo calibre, ajustándose así a las demandas del mercado.



Con el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, toda la producción de estas empresas fue clasificada como "industria de Guerra", siendo finalmente desmanteladas las distintas factorías hasta que, en 1951, el poder político en la Alemania del Este fundió todas las compañías independientes de relojería de Glashütte en la denominada VEB o "Compañía del Pueblo" que, durante las siguientes décadas, abasteció de relojes de todo tipo al Bloque del Este.



Tras la reunificación política y económica de Alemania en 1990 las distintas empresas vieron la luz en el camino de la privatización, surgiendo así compañías como Glashütte Original, con su filial Unión Glashütte o, la independiente, A. Lange & Söhne.





2.- LA ELECCIÓN Y LA DECISIÓN



Debo reconocer, por lo menos en mi caso, que en la elección de un reloj "importante", no dejan de tener una cuota propia de peso específico cuestiones tales como su historia, el carisma o prestigio de la manufactura y popularidad en el mercado. Naturalmente, esos parámetros deben confrontarse con las cualidades intrínsecas del candidato o candidatos, puestas a su vez en relación con otros productos de similar enjundia y finalistas por tanto, en ese concurso mental que muchas veces nos planteamos a la hora de tomar la decisión de la compra de un nuevo reloj.



En el caso de Glashütte Original, aunque no exenta de esa genealogía "noble", su joven resurgimiento en el mercado y la escasez de información contrastable sobre su calidad intrínseca, me empujó a esa, en muchas ocasiones inevitable, investigación casi detectivesca en aras a formar mi propio criterio ante unos relojes que me impactaron desde el mismo momento en que tuve ocasión de conocerlos en directo. Sus excelentes acabados, originales calibres y esa sobriedad, no exenta de encanto y funcionalidad, despertaban mis más básicas apetencias sobre ellos al descubrir una de las muy contadas alternativas a la "alta relojería suiza".



Una visita aquí, una conversación allá y unas cuantas horas frente al ordenador fueron dando respuesta a mis interrogantes y tornando en propósito, cada vez más tangible, aquella primigenia apetencia desprovista de cualquier otro fundamento que no fuera mi buena primera impresión. Tanto TimeZone como ThePuristS me sirvieron de útiles lazarillos en mi intensa búsqueda de esas respuestas.



No obstante, no descubro nada nuevo si afirmo que, una cosa es lo que uno apetece y, otra muy distinta, lo que uno puede, así que, tras informarme convenientemente sobre las excelencias del calibre automático 39 de Glashütte Original, (una mejora absoluta del original calibre 26, inicialmente concebido para entrar en competencia directa con los EtaSA 2892 y 2824) con su platina de ¾, rotor provisto con una masa oscilante de oro de 21 k de extraordinaria movilidad, aunque de eficacia únicamente unidireccional, 28.800 a/h, regulación fina con muelle tipo cuello de cisne y acabados tipo Côtes de Geneve hechos a mano (aunque ellos prefieren hablar de "decoración en bandas de Glashütte"), evalué la adquisición del modelo Senator, provisto de las complicaciones de fases lunares, reserva de marcha y calendario simple. Este último detalle, el del calendario pequeño, es el que sitúa a dicho modelo en un precio que, sin ser moderado en términos absolutos, sí que lo hace parangonable a modelos de su misma órbita de p.e. JLC ( Master Reserve de Marche, Master Date o Master Moon), con la ventaja añadida de que reúne bajo un mismo compartimiento las complicaciones de reserva de marcha y fases lunares, además de un tamaño sensiblemente más grande que aquéllos, gracias a sus 39 mm de diámetro, lo que mi vista y mi muñeca no dejan de agradecer. Ocurre, por contra, que los modelos Senator provistos de fecha grande o big-date, aún no disponiendo de la complicación de reserva de marcha, se hacen pagar hasta casi la mitad más por poseer la referida complicación de fecha, a la que más adelante me referiré.





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Esfera del GO Senator cal. 39





No cabe decir, por todo ello que mi primera, y en cierto modo atrevida, incursión en la relojería alemana fue a través de mi querido Senator con las complicaciones de fases lunares, reserva de marcha y calendario simple. Estética austera pese a sus complicaciones, funcionalidad, calidad intrínseca y, porqué no decirlo, precio y facilidades de pago, junto con la posibilidad de visionar su calibre 39 con 36 rubíes de una belleza y acabado embriagadores, se dieron cita para vencer mi resistencia y conquistar mi voluntad. Debo añadir que mi experiencia con este reloj ha sido tan corta como gratificante, en la medida en que su funcionamiento ha sido estupendo manteniéndose siempre en la cota de los + 4"/día, durante casi el año en el que hemos compartido nuestro tiempo.





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Calibre 39 de GO





Pero la afición a los relojes, de esencia más pasional que racional, se nutre de nuevas metas y retos que, cuando confluyen con circunstancias propicias, hacen posible aquello que en nosotros había nacido con la mera vocación de deseo. Es así, que en mi ánimo siempre estuvo una hipnótica atracción por el calibre 65-01 de Glashütte Original, desde el momento en que lo vi por lo que, como admirador y platónico pretendiente del Langue-1, así como del GO PanoReserve y sus movimientos de cuerda manual, la confluencia de las circunstancias a que me refería y la oportunidad de sacrificar mi Senator sin pérdida de un solo céntimo de los invertidos en su adquisición, fueron los elementos determinantes, no sin unas buenas dosis de insomnio, que "racionalizaron" mi decisión final: merecía la pena apostar por el GO PanoReserve, modelo que vio la luz tras Basilea 2003 y cuya producción no creo que rebase la suma de unos 500 ejemplares anuales aunque, habida cuenta de la gran aceptación que OG está teniendo en el mercado internacional, me consta que la manufactura está haciendo importantes esfuerzos para atender la demanda a costa, incluso, del aprovechamiento de la maquinaria e instalaciones de su filial Unión Glashütte y en perjuicio de la producción de ésta última (por cierto, acreedora de una excepcionalmente atractiva relación calidad/precio).





3.- LA CAJA



La caja del GO Glashütte PanoReserve posee, como no podía ser menos, una excelente factura. En mi caso, de acero (el habitual 316L) ref. 65-01-02-02-04, aunque está también disponible en oro rosa y en platino, en este caso, en edición limitada (ignoro el número, aunque, al igual que ocurre con los PanoRetroGraph y PanoGraph, bien pudiera ser de cien ejemplares provistos con un zafiro decorativo en la corona, para el mercado alemán, y de otros cien sin tal detalle para el resto del mercado).



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Una vista más tridimensional del GO PanoReserve



Su acabado o terminación, conjuga magistralmente el juego entre las zonas matizadas o bruñidas y las superficies pulidas y, como es habitual en la manufactura, de concepción sobria y elegante (aunque está fabricada a instancias de GO por terceras industrias especializadas en tales menesteres, tal y como, de otra parte, ocurre en la mayoría de las escasas manufacturas existentes). Vista desde arriba aparenta ser una caja de acabado pulido, al encontrarse con dicha terminación tanto el bisel como la parte superior de las asas si bien, el aro en el que se inserta el cristal posee una terminación mate, ofreciendo así un aspecto curioso y elegante que se cohonesta perfectamente con las pretensiones estéticas de un reloj "de vestir". Ese acabado pulido se mantiene en la superficie de la caja comprendida entre las asas, así como en la superficie superior e interior de éstas. Por el contrario, los laterales poseen un acabado matizado con un alto nivel de perfección que, no obstante, se me antoja distinto o como "más artesanal" al incontestablemente perfecto de un IWC, por ejemplo.



El fondo está sujeto por un conjunto de cinco tornillos que, habida cuenta de la magnitud del cristal plano de zafiro que en él se aloja, más parece el marco redondo de un pequeño gran ojo de buey. Efectivamente, se trata de una más que generosa ventana de cristal que preserva y, al tiempo, permite admirar ese extraordinario cal. 65-01 que alberga en su interior. Alrededor pueden leerse las inscripciones Glashütte Original, ST. STEEL, 3 ATM y el número de serie.



El diámetro de la caja es, como ya he comentado, de 39 mm, su altura 11 mm y su peso ronda los 68 gr. sin correa ni brazalete.



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Detalle de la corona



Destaca, por último, una prominente y práctica corona firmada con el logotipo de GO, de muy cómodo manejo y accionamiento, lo que es de agradecer, sobre todo, tratándose de un reloj de cuerda manual.





4.- EL CRISTAL, LA ESFERA Y LAS MANECILLAS



El cristal es ligeramente abombado y provisto de tratamiento antirreflejos, lo que lo dota de una singular transparencia en aras a una mejor y más cómoda visión de la esfera y de los distintos elementos que la integran.



En cuanto a la esfera, tendremos que convenir que es esa parte a la que de forma principal e instintiva dirigimos nuestra mirada cuando nos fijamos en un reloj ya que, esa es su "cara" visible y que, normalmente, con más fuerza define su personalidad. En este caso posee una concepción estética que parte de una asimetría o descentramiento de las manecillas de las horas, minutos y segundos, para mantener en un espacio distinto y separado destinado a la indicación de reserva de marcha (a las "2") y al calendario grande (a las "4"). Dicha concepción, que no es única, la comparte con otros pesos pesados de la relojería como Breguet, F.P. Journé y, singularmente, A. Langue & Söhne, aunque cada una de ellas con sus propios presupuestos estéticos.



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La cara más conocida del GO PanoReserve



He de manifestar que tal disposición resulta, cuanto menos de entrada, curiosa y, tras una observación más reposada y reflexiva, se erige por méritos propios en revolucionaria respecto de las de disposición más común o tradicional que montan el conjunto de los relojes que habitualmente poseemos. La consulta rutinaria de la hora y de los demás parámetros que ofrece (reserva de marcha y calendario) me resulta hasta cierto punto rompedora y refrescante por comparación a lo que estoy habituado y, aunque ese entrecruzamiento de índices, subesferas y marcadores puede no resultar a priori práctico para algunos, hemos de tener en cuenta que se trata de un diseño en el que considero que prevalecen los designios estéticos frente a lo que sería una esfera puramente técnica, aunque la legibilidad resulta en última instancia entre aceptable y buena, en función de la forma de incidencia de la luz sobre ella y a cuya mejora, sin duda, contribuye el oscuro color de las distintas manecillas e indicadores. Con todo, considero que se consigue un encomiable equilibrio y compromiso entre sobriedad y funciones resultando, a la postre, una esfera que no está ni especialmente recargada, ni resulta por ello vacía o aburrida, sino todo lo contrario, ¿me explico?



De entre un fondo de color plata mate, destacan las subesferas correspondientes al reloj propiamente dicho y a los segundos, entrecruzadas entre sí en forma de "8" y constituidas por sendos círculos acabados en color plata brillante y donde se insertan sus respectivos índices, los correspondientes a las horas, en forma de bastoncillos (doble el correspondiente a las 12) y los correspondientes a los minutos y a los segundos mediante grabado en negro en dichos círculos, lo que también ocurre en el arco de unos 30º sobre el que, con un maravilloso fondo guilloché se mueve la manecilla indicadora de la reserva de marcha.



Dicha manecilla recorre los seis espacios existentes entre los cinco puntos comprendidos entre las abreviaturas "AUF" (arriba) y "AB" (abajo) indicativos del estado de carga del muelle principal y que, en definitiva comprenden 7 horas de marcha, cada uno, de las 42 que, en total, dispone el calibre GO 65-01, haciéndolo con ejemplar precisión.



Respecto del calendario grande o big-date he de decir que supone, no sólo un relajante y gozoso descanso para mi vista, sino que supone también un auténtico y original logro de la manufactura, al estar integrado por dos círculos concéntricos que discurren a la misma altura, lo que invita a prescindir, como así lo ha hecho GO, de la barra divisoria entre los dos dígitos que el común de los modelos de otras marcas se ven obligados a poner para disimular la diferencia de plano entre ellos, resultando así una ventana de calendario grande, despejada, sencilla y sumamente atractiva. Por lo demás, el cambio, tanto del primer como del segundo dígito se hace de forma rápida y, en mi caso, sobre las 23:57 h. La verdad es que nunca había sospechado la atracción que puede llegar a ejercer una tan aparentemente inocua complicación.



Las manecillas correspondientes a las horas y los minutos, lo son en forma de espadas de Sajonia y con un acabado que no es ni cromado ni azulado, sino más bien parecen ser producto de un pavonado en negro brillante que contrasta muy bien sobre el fondo, contribuyendo muy favorablemente a la legibilidad de la hora. La correspondiente a los segundos fina y contrapesada con su acabado en forma de "punta de flecha" y la indicadora de la reserva de marcha en forma de bastón, ambas con el mismo acabado que las principales. La terminación de todas ellas puede calificarse de excelente aunque, eso sí, no encontraremos rastro alguno de tritio o de luminova, elementos de los que carece, de acuerdo con la concepción del reloj.



Para terminar con este apartado, decir que, de forma bastante discreta, en la esfera aparecen descritas las denominaciones de cada una de las complicaciones de reserva de marcha (Gangreserve), calendario (Panoramadatum), junto a las mismas, así como la denominación del modelo (PanoReserve) y "Made in Germany" a las "6", además de la denominación de la marca (Glashütte Original) en la subesfera principal, donde también, como ocurre en otras conocidas marcas originarias de Glashütte, se contiene la expresión "Glashütte I/SA", significando estas últimas siglas algo así como "hecho en Sajonia". Como puede observarse, una buena profusión de nombres y denominaciones hechas con el suficiente criterio y habilidad como para no resultar particularmente recargada la esfera como consecuencia de ello.





5.- EL MOVIMIENTO



Dotado del calibre 65-01, puede decirse que éste es el máximo responsable de mi apego a este reloj y, por tanto, de que me implicara en la aventura de su adquisición. Se trata de un calibre de muy reciente diseño y producción por parte de GO, en su apuesta de ir asumiendo cotas de virtuosismo y perfección que acorten la distancia que la separa de su prima-hermana" A. Lange & Söhne, aunque siempre bajo la pretensión comercial de dirigirse a un abanico de consumidores de más amplio espectro que esta última, cuya aristocrática pretensión de partida no le permite "rebajarse" a modelos de acero.



La afirmación de que se trata de un calibre de muy reciente creación, o moderno si se quiere, contrasta con la concepción, construcción y soluciones técnicas adoptadas por GO quien, como marca la tradición alemana, se mantiene firme en su clásica platina de ¾, en lugar de los más familiares puentes a que nos tiene acostumbrada la relojería suiza, como modo de fijación de los ejes y demás componentes del movimiento. Tal solución, solo la encontramos de forma más o menos generalizada en relojes de bolsillo anteriores a 1.850, habiéndose mantenido, como he dicho, de forma tradicional en la relojería alemana hasta nuestros tiempos. Desconozco las ventajas e inconvenientes de uno u otro sistema aunque, según tengo entendido, el montaje en forma de puentes posee mayor flexibilidad en el montaje final, al ser cada uno de ellos independiente, mientras que la platina de ¾ exige un diseño sin tolerancia alguna, al no permitir ajustes, además de dotar de una mayor robustez al conjunto.



La existencia de un solo puente para la rueda de los segundos y otro en forma de balanza (o mariposa, diría yo) para la fijación del conjunto del volante, completan la parte "estática" del movimiento, con la adopción de soluciones tan clásicas como, para mí, mágicas y expresivas de un más que encomiable buen hacer relojero, como lo son la exclusiva regulación fina mediante doble cuello de cisne, el empleo de un total de cinco rubíes, de los 48 totales, encastados en chatotes de oro atornillados, tornillos azulados, los dos puentes independientes decorados y grabados a mano, bordes biselados y decoración general a base de Côtes de Geneve en la platina de ¾ y perlado en la parte inferior (acabados hechos también de forma artesanal), además de volante con tornillos de oro.



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Calibre 65-01 de GO



Todo ello es lo que da vida al calibre 65-01 de GO, que lo es de cuerda manual, con 28.800 a/h y una reserva de marcha de 42 h. Este último parámetro pienso que se debía haber potenciado con la dotación de una reserva de energía más generosa, cada vez más extendida entre sus competidores y perfectamente factible con soluciones como la del uso de un doble barrilete lo que, a su vez, dotaría de mayor empaque a la complicación de reserva de marcha.



En cierto modo, la satisfacción del aficionado se ve, no diré frustrada pero sí, acaso, amortiguada, al quedar ocultos gran parte de los intestinos del cal. 65-01, aparentando el conjunto algo así como un sujeto estirado en la cama y tapado hasta el cuello. De todos modos, a mí personalmente, esa sensación me resulta completamente eclipsada con la mera contemplación de los acabados y soluciones técnicas y visibles que se dejan contemplar a través del enorme cristal de zafiro del fondo.



Todo este alarde de soluciones y acabados que entroncan con la más clásica maestría relojera del pasado, sirven al aprecio y deleite de cualquier aficionado a los relojes, ya que no cabe dudar de su valor intrínseco, ahora bien, hay que reconocer que, en sí mismos, no hacen necesariamente de la "máquina" un instrumento más perfecto en orden a su cometido final: la precisión y la exactitud al medir el tiempo. De todos modos, el cal. 65-01, además de estar ajustado en cinco posiciones, tal y como reza el folleto de instrucciones, está construido y ajustado bajo los parámetros de un cronómetro suizo moderno, lo que he podido comprobar con su imperturbable adelanto de +3"/día.



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Vista general de la parte posterior del GO PanoReserve







6.- LA CORREA Y EL BRAZALETE



Cuestiones estéticas y de presupuesto me inclinaron decididamente a la elección de la correa de piel como opción idónea para este modelo, pese a poseer personalmente una natural inclinación hacia los brazaletes metálicos que resultan más prácticos (sobre todo en verano) y a la postre, más económicos, ya que no se precisan reemplazar cada temporada.



Aunque el brazalete metálico posee una muy cuidada excelente factura con un cierre oculto en forma de doble bisagra o deployant y eslabones atornillados (cada tornillo posee bajo su cabeza una junta de goma para dificultar que se afloje con el tiempo), decididamente y según mi opinión, resta muchos enteros a la apariencia final de este reloj en concreto, según tuve ocasión de comprobar al acoplarle uno de ellos al reloj lo que, unido a su coste, deja poco margen de dudas al respecto.



La correa de piel es de cocodrilo de Louisiana, en color negro, levemente acolchada, con costuras en sus rebordes y de una medida 19-16, que gozaría de todas mis bendiciones si no fuera por ese cierre que incorpora que, a mi juicio, no está ni a la altura del reloj, ni de la correa propiamente dicha, resultándome francamente incómodos los pulsadores de apertura, no en su accionamiento, sino al llevar el reloj puesto, por lo que rápidamente fue sustituido, en mi caso, por una hebilla tradicional o ardillón.





7.- EMBALAJE Y CONCLUSIONES



Los relojes de Glashütte Original vienen presentados en una caja de cartón de color blanco, en cuyo interior se contiene la caja del reloj, propiamente dicha, que lo es de madera y con un cajón inferior (en el que se contiene un catálogo de GO en forma de cd) y que es una auténtica preciosidad, siendo en la actualidad la más bonita de cuantas poseo. Junto a ello, el correspondiente manual de instrucciones para este modelo específico y en distintos idiomas, además de la correspondiente tarjeta de garantía por 24 meses.



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Se trata, en definitiva, de un reloj excelentemente presentado que, si bien no tiene porqué despertar pasiones de entrada, es lo cierto que cuanto más se profundiza sobre él, va agrandándose su carisma, hasta el punto de generar una fuerte predisposición de ánimo para su adquisición. La comparación posible con otras realizaciones de su mismo ámbito conceptual lo dotan de una indudable ventaja económica. Así, el reciente Master Eight Days de JLC, posee un pvp de 13.500 €; el Langue-1 de A.L.&S., ronda los 18.000 €, al igual que el Octa Resérve de Marche de F.P. Journé, por lo que los 7.500 € de pvp (cuya oportuna negociación puede convertirlos en 6.000 €) marcan, decididamente, la pretensión de GO de dirigirse a un público más amplio que los anteriores, marcando acaso una distancia casi inapreciable entre lo excelente y lo excepcional que puede permitir a algunos hacer tangible y real lo que fuera una de tantas claudicaciones del deseo.



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Por último, quisiera manifestar que el único ánimo que ha inspirado a las líneas que preceden ha sido el de compartir, con la pretensión de llenar un espacio en la afición de los amantes de los relojes, ávidos siempre en procurar la extensión y actualización de conocimientos y opiniones en el océano de la relojería por lo que, me pareció interesante hablar de un reloj y de una marca de reciente incursión en el mercado aunque, no por ello, exenta de calidad y tradición, cuyas fuentes de información a través de los medios en los que habitualmente nos movemos, resultan todavía escasas para nuestra satisfacción, aún con la consciencia de que un artículo de estas características ha de resultar necesariamente farragoso para quien se muestra anímicamente ajeno al producto analizado y siempre insatisfactorio e incompleto para quien pretenda hacer de él causa o justificación para su adquisición, pero convengamos en que, al menos, siempre podrá ser una referencia a la que acudir para refrescar aquello de: "me suena que alguien escribió algo sobre aquello..."







Un S@ludo.



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