Como terminará mi colección

[Espia143]

Hace tiempo que pienso como terminará mi colección de estilográficas. No me gustaría que fuese un cajón de herencia al que le toque, tampoco quiero venderlas. (Vendí alguna y no me gustó nada la experiencia).
Debo tener más de 100 de distintos años, marcas, formas de carga, repetidas... Y antes lo que hacía era ir rotando semana a semana alguna. Pero hace un año que elegí una para "batalla" y otra para "eventos" más o menos importantes. Empecé eligiendo una Parker 51 de las primeras series, pero se estropeó su saco que me duró 2 años y elegí una sheaffer imperial VIII y para eventos una de mis sheaffer PFM V. Y ahí me quedé. Ni arreglé la p51, ni volví a sacar otra.
Poco a poco perdí el interés de escribir con la mayoría de ellas. Quedándome en estas 2 y tengo alguna estilográfica que por su historia o calidad ni tocó.
Creo que perdí interés en crear una colección y solo disfruto escribiendo con estilográfica, pero con 2 o 3 serían suficientes.
Me preguntaba que hacer con la mayoría que nunca voy a utilizar ni mirar. Mi hijo más mayor hace una semana ya le dejan utilizar bolígrafo en clase y le dejarían utilizar estilográfica. Claro, como me ve a mi estaba el niño deseando tener una propia y se le compró una básica de 1,45 euros con cartuchos de tinta. Si veo que se le da bien y le gusta, quiero darle mi Parker urban o una lamy y dejar unas cuantas para él y sus otras hermanas.

 

[thibor]

Pues si logras que tus hijos se interesen por tu afición el asunto quedaría resuelto, siempre es bonito que algo que aprecias pase a tu familia.
Si no lo logras me ofrezco a darles asilo político de forma desinteresada, ja, ja

 

[javier58]

Las colecciones, son eso colecciones, no tienen final. Al final hay que parar en algún punto por que todo es inabarcable.
A mi me gustan mucho las estilográficas antiguas ( o como se dice ahora "vintage"), para mi son piezas únicas, testigos de la historia, y estoy convencido que siempre tendran valor. Las antiguedades perduran y cada vez son mas valoradas.
Mis estilográficas (bastantes ), clasificadas humildemente por marcas, paises las tengo todas operativas, tienen que funcionar si no "a la caja del despiece", lo cual no quiere decir que use todas , es imposible, de vez en cuando me doy un capricho y entinto por ejemplo una Conway Stewart de palanca de los años 40 y hago volar la imaginación.
Mis plumas de cabecera son unas pocas 2 o 4, y siempre tengo alguna Inoxcrom (Siroco, Caravel etc..) y por supuesto la Parker 51 aerometrica.
Cuando ya no este, mis estilográficas seguirán perdurando en otras manos, mis hijos aunque no las utilicen, yo se que las cuidaran y no se perderan en un cubo de basura.
Es lo bonito de las colecciones que nunca terminan...Saludos

 

[manuleon]

Mi colección llegó a ser de más de doscientas, mas un día entendí que no podía ser. Empecé a desprenderme de las que compraba compulsivamente, algunas baratísimas, otras sin alma..., y muchas ya se han ido. Todavía tiene que irse alguna más. Incluso las hay que no deberían de irse, pero no puede ser...
Eso sí: todas escriben, más o menos, lo mismo. Están en su cama, descansando, unas al lado de las otras y, cuando les llega el turno, se cargan, escriben, y se van de nuevo a dormir. Las cajas están, vacías, en otro lugar. Las hay baratas que escriben muy bien y caras que no tanto, y viceversa. No me salto ninguna. Todas tienen su aquél, todas plasman lo que pienso en un papel. Así no hay problemas entre ellas, porque, si tengo alguna favorita, la recibo con alborozo, pero no se lo digo a sus hermanas... Rotan todas, sin excepción.
Sé que escribo cosas que parecen incoherentes, algunas contradictorias... Pero es tal cual lo cuento.

 

[severino]

No tengo tantas como vosotros, calculo que unas cuarenta, y obviamente no puedo darles uso a todas. Lo que sí hago es asegurarme de que todas están hábiles por si les llega el momento, y a veces les llega: para probar una tinta nueva, para tomar anotaciones en casa. También puede suceder que una pluma lleve meses en el dique seco y, de repente, un día me dé por sacarla y no soltarla: ha ocurrido con la última Pelikan que compre, allá por abril, que apenas utilicé una semana pero desde que volví a Madrid me acompaña siempre. Por el contrario, mi inseparable Pilot CH92 lleva desde entonces parada.

Me preguntaba que hacer con la mayoría que nunca voy a utilizar ni mirar.

De momento, conservarlas en buen estado y no tomar decisiones apresuradas. No creo que una colección sea algo sagrado, pero sí el fruto de tiempo, dinero, a veces quebraderos de cabeza, y solo por ello merece la pena conservarla aun en esos períodos en que no te dice nada. Además, las colecciones, como los libros que quizás nunca volverás a leer, también hacen compañía, terminan por formar parte de tu espacio personal. Yo la mía la tengo presidiendo mi mesa de trabajo:

 

[Espia143]

Gracias por vuestras opiniones. Si más o menos comparto vuestras opiniones, pero en mi caso hace más o menos un año di por finalizado mi colección. Completé mis objetivos y además compré mucha morraña. Ahora me quedaría con unas 25 más o menos. Lo que pienso es que ya no las valoro como antes. Por supuesto que me gusta escribir con ellas y me costó su dinero y tiempo encontrarlas, estudiarlas para que no me vendieran con partes de otras plumas... Pero si tengo que usar una pluma, debería quedarme con la que más cómodo este y el resto de esas 24 restantes, a modo colección o futuros regalos a familiares que puedan valorarlas.

 

[Menosde30bi]

@Espia143 : A mí se me ocurre que a los niños y niñas les regales (mejor de procedencia del material tuyo) algunos ejemplares que tengan empaque como para significar algo y conseguir que las hagan suyas. (es un poco largo de explicar).
Es lógico que para que prueben y vean si les gusta el trazo empiecen por la plastiquiqui de 2 euros, y una Vpen desechable no tiene tacha, e incluso una Inoxcrom Sakyo va a escribir como una campeona -- e incluso no es descartable que les cojan cariño, por la decoración o por cualquier otra querencia (yo se lo cogí a una Nononsense elementalísima). Pero por ponerte un ejemplo: una Parker 45 flighter, digo flighter para que sea de acero, es algo que revela cierta intención de perdurar en el tiempo. Y eso, podría ser más fácilmente elegido como herramienta de compañía para mucho tiempo o toda una vida. Bueno, muchos modelos podría cumplir esta condición y ni siquiera hace falta que sean flighter, ya me entendéis. Es la simple diferencia entre un instrumento que escribe y uno que te define.
Es posible que un regalo así requiera una cierta solemnidad (sin llegar a la pompa), acaso una ocasión para el regalo que sea memorable, por las circunstancias que sean. --- Mi P21 de primera comunión siempre será una diva para mí, y si la hubiese llegado a hacer trizas por la vida (que son cosas que a veces pasan) probablemente me habría dedicado a buscarle una réplica, me haga falta o no, como puro recreo sentimental.
No sé si se están acabando los tiempos en que un objeto como una pluma (o un reloj, o cualquier otro elemento cotidiano) nos definan. Lo que se está volviendo imprescindible es el telefonito y hay que cambiarlo cada x años para que el 4G se convierta en 5G y luego en 6G, etc. y así no hay manera. La pluma, a los de cierta edad nos retrotrae a momentos pasados, y a los que vienen después no sé hasta qué punto les será una referencia, pero todo puede ser si lo empieza uno mamando en casa. Pasa lo mismo con el hábito de la lectura, se le coge gusto cuando en el ambiente que te rodea sucede con naturalidad.
--- Acerca de dónde y cómo pueden acabar ciertas acumulaciones (lo mío más que colección es acumulación) casi prefiero no disertar mucho porque puede resultar hipnótico. No sabemos nada: en mis manos ha acabado una 51 que, según parece , perteneció a un fraile franciscano de Paraguay. En qué manos acabarán las mías no creo que haya sibila que lo vaticine.

 

[javitoy]

Amigos, me parecen muy interesantes vuestras reflexiones. En gran o mayor medida me veo reflejado en esas opiniones. Yo también he acumulado en los últimos años estilográficas hasta alcanzar la cifra de 40 ó 50, no estoy seguro. Y el proceso de buscar, seguir y finalmente comprar cada ejemplar ha sido siempre satisfactorio.

Sin embargo, una vez alcanzado ese número no puedo dejar de sentir cierta frustración, tristeza, inquietud, algo que no puedo definir bien. El caso es que soy consciente de que no podré escribir ya con todas ellas porque me encuentro en el ocaso de mi vida laboral, que era lo que me daba oportunidades para emplearlas a diario. Y es cierto que hay algunas que estoy intentando vender porque me he dado cuenta de que no me dicen mucho, o casi nada. Y aun vendiendo unas cuantas, creo que todavía me quedarán demasiadas para disfrutar de las que realmente me han dejado marca.

En fin, sentimientos contradictorios, absurdos o irrelevantes, que no compartiría en ningún otro sitio que no fuera uno como este foro, en el que veo a tantos compañeros en situaciones parecidas. 😅