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Avisos de La Fédération Horlogère Suisse en 1900

  • Iniciador del hilo Jaime Salcedo
  • Fecha de inicio
  • #26
17. La crisis relojera 1901-1902. El 5 de enero de 1902 el periódico La Fédération Horlogère Suisse abrió su edición con un análisis preocupante: la venta de relojes suizos en el exterior disminuía al punto que ya no cabía duda: la relojería estaba en crisis. El artículo, bajo el título L'année 1901, comenzaba diciendo: "En un rápido debate que hicimos hace un año sobre la relojería en 1900, veíamos con satisfacción que el año 1901 había sido bueno para los comerciantes, bueno para los industriales, bueno para los trabajadores también, a los que no había faltado el trabajo. Terminábamos diciendo: «Estamos ahora en el período de vacas gordas. La prudencia de nuestros fabricantes y exportadores debe hacerles ver la llegada, que puede ser pronto, del período de las vacas flacas». En distintas ocasiones hemos vuento, en el curso del año pasado, a este dictamen, que la marcha de los negocios en el primer semestre no parecían justificar pero que se ha convertido en una inquietante realidad". Agregaba que no se podía una estimación muy precisa porque las estadísticas oficiales de la exportación de relojes no habían sido publicadas todavía. Pero que al comparar el movimiento comercial de las cajas de relojes controladas (es decir, que recibían el punzón oficial suizo) en el segundo semestre de 1900 con el mismo período en 1901, se veían indicios de que la industria relojera suiza estaba en pleno período de crisis.

Atribuía el comentarista esa crisis a diversas causas, que debían, en su opinión, buscarse en el país: El estado general de los negocios, que hacía que la relojería recibiera "naturalmente" el contragolpe; a la inseguridad política, consecuencia y causa del estado de paz armada "que agota la Europa"; a los designios imperialistas de Inglaterra, a la guerra que desuela el sur de África, etc.

"En suma" -concluye el comentarista- "el año 1901, que comezó bien, acabó mal. Muchos trabajadores han quedado si empleo, los pedidos escasean y estamos entrando en el nuevo año con perspectivas poco divertidas. Stocks en el extranjero, stocks en las fábricas, grandes compromisos en todas partes, es la situación que recibimos del año que acaba de terminar". Y hace esta reflexión a los productores: "El futuro industrial es para quien produzca mejor a igual precio. En épocas de crisis esta verdad elemental encuentra su aplicación más completa".


En el mes de junio de 1902 la situación no había mejorado. La Fédération Horlogère Suisse del día 5 de dicho mes comparó los datos de la oficina de control de cajas de metales preciosos de La Chaux-de-Fonds y las cifras eran preocupantes: al mes de mayo 1902 se habían controlado (es decir, les habían puesto el punzón suizo en la oficina de control) 12.775 cajas de oro y 124.434 cajas de plata menos que en los mismos meses de 1901. La caída era de 31,85% en enero, de 34,26% en febrero, de 39,73% en marzo, de 31,80% en abril y de 27,33% en mayo, cuando se registró un leve repunte.

Las cifras de exportación de relojes de níquel mostraban en el primer semestre de ambos años que en 1901 había sido de 634.568 relojes por un valor de 5'259.380 francos, fue en 1902 de 591.008 relojes por valor de 5'259.380 francos, con una disminución en el número de relojes exportados del 6,86% y de 4,31% en el valor en francos. La exportación de relojes de plata disminuyó, en el mismo período, un 19,21%, y el valor de esta mercancía disminuyó en 15,55%. La exportación de relojes de oro disminuyó en 16,29% y el valor en un 11,72%. Solamente los cronógrafos y los relojes de repetición mostraban cifras positivas en 1902.

Aclara el comentarista que "esto no es una enormidad si se tiene en cuenta el hecho de que el año 1901 la exportación de relojes logró cifras que nunca se habían alcanzado; pero es bastante como para que muchos trabajadores resulten afectados de forma penosa.

Espero que a medida que avance el año podamos ver cómo y cuando se resolvió esta crisis.
 
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  • #27
18. La resolución de la crisis de 1901-1902. Las causas de la crisis anotadas por el comentarista de La Fédération Horlogère Suisse no son claras y tal vez hay que leerlas entre líneas. Vista a la distancia del tiempo las causas parecen ser otras. Me atrevo a esbozar algunas:

a) La saturación del mercado. Después de la Exposición de París de 1900, la demanda de relojes suizos creció notablemente hasta el primer semestre de 1901. Pero las cifras comparativas de control de cajas de oro y plata descencieron en forma alarmante. Esto afectó la relojería fina, que competía con la buena relojería de otros países, pero que tenía cabida en las joyerías exlusivas, como Tiffany y Cartier.

b) La competencia con las cajas y relojes norteamericanos. Desde el año 1900 La Fédération Horlogère Suisse recogía la preocupación de los relojeros por la "invasión" de cajas de oro y plata importadas de los Estados Unidos. El volumen de producción de las fábricas norteamericanas era suficientemente grande como para afectar ese mercado, especialmente porque las cajas de similar calidad tenían un precio menor que el que las cajas suizas. Otro tanto podría decirse de los relojes norteamericanas.

c) Los exportadores de los relojes llamados bon marché, de bajo costo y calidad corriente, minaron su propio mercado de exportación mediante prácticas comerciales inadecuadas. El mercado más importante, el de Alemania, importaba de Suiza movimientos sin terminar y el trabajo de finissage corría a cargo de relojeros alemanes. Como señaló La Fédération Horlogère Suisse, los fabricantes de relojes suizos deberían dejar de proveer fornituras, assortiments, ébauches y movimientos para que otros terminaran los relojes, y volver a fabricar relojes acabados, volver a ser relojeros fabricantes de relojes, no sólo de movimientos. El volumen de producción de ébauches y movimientos era grande, y abarcaba el mercado norteamericano, como el que manejaban los almacenes Sears, Roebuch & Co. y los Montgomery Ward & Co.

d) Una nueva generación, con ideas claras y voluntad para imponerlas, se hacía oír ya en Austria (Secesión vienesa), Alemania (Secesión de Berlín, Secesión de Munich) y propendían por un arte y un diseño que no siguiera el gastado eclecticismo académico. Esas voces hablaban de la renovación de todas las artes, desde la Arquitectura y las Artes Plásticas hasta la ilustración, la tipografía, el mobiliario doméstico, el mobiliario urbano y los objetos de uso cotidiano. Además de la tendencia "Secesión", desarrollaron otra tendencia menos formal, más divertida y expresiva, el Modernismo (Art Nouveau, Jugendstil, Modern Style, Niewe Kunst, Liberty) en Francia, Austria, Alemania, Inglaterra, España, Bélgica, los Países Bajos e Italia, y esos jóvenes no estaban dispuestos a comprar relojes rococó. En 1902, en plena crisis de la industria relojera suiza, se reunió en Turín la Exposición Internacional de Arte Decorativo Moderno, en la que la imitación de estilos del pasado fue rechazada y sólo tuvieron cabida objetos que ofrecieran una original estética renovada y que tuvieran sentido artístico creativo. La consigna era que si hemos de ser modernos, seamos modernos. Para entonces esa generación representaba un buen porcentaje de los compradores potenciales de relojes. Y aunque La Fédération Horlogère Suisse no los menciona ni nombra la Exposición de Turín (que acuñó la denominación Art Deco), no pudo menos que registrar en sus reseñas de la Exposición de París de 1900 los pocos diseños Art Nouveau que algunas casas relojeras incluyeron en sus vitrinas. Coincidiendo con la superación de la crisis, los avisos de La Fédération Horlogère Suisse comenzaron a tener rasgos Art Nouveau, como el de Huguenin Frères (décoration et fabrique de boîtes), Ruedin & Cie. (Fabrique d'Horlogerie de Délemont), Victor Donzelot (Manufacture de Fornitures d'Horlogerie), el aviso de Movado, el de Irenée Aubry, el de La Fabrique d'Horlogerie de E. Kummer y el de Gustave Cherno (Fabricant d'Horlogerie), todo entre 1902 y 1906. La nueva estética, que ya estaba presente en los relojes con caja de niel y plata, debió de ayudar a recuperar compradores de relojes suizos y la tipografía de los anuncios publicitarios debieron estimular el abandono del academicismo (que nunca desapareció del todo) y la adopción de esa estética nueva, inédita, que promovían.

Los indicadores de que la crisis estaba superada fueron, de nuevo, los datos de el número de cajas de relojes de oro y de plata que fueron controlados con los punzones oficiales por el Bureaux de Contròle de La Chaux-de-Fonds, dado que las estadísticas oficiales de comercio exterior tardarían en estar listas para darlas al público. El 5 de junio de 1902 La Fédération Horlogère Suisse presentó las siguientes cantidades de cajas de relojes controladas (sumadas las de oro y las de plata): en enero de 1902 se controlaron 14.671 cajas menos que en enero de 1901; en febrero, 16.316 cajas menos que en el mismo mes de 1901; en marzo, 20.053 cajas menos. Fue el mínimo de cajas controladas comparadas con el mismo mes del año inmediatamente anterior. En abril las cosas parecieron mejorar un poco: se controlaron 14.178 cajas menos que un año antes; en mayo, 12.542 cajas menos.

El 10 de enero de 1903 se pudo contrastar todo el año 1902 con el 1901. De acuerdo con las cifras de cajas contraladas, era evidente que el resto del año mejoró todo mucho más, aunque el mes de junio parecía devolver la tendencia: 13.374 cajas menos; en julio mejoró la cosa: 9.810 cajas menos; pero en agosto volvió a retroceder: 13.664 cajas menos. A partir de aquí las cifras fueron crecientemente positivas: en septiembre, 1.815 cajas más que en el mismo mes de 1901; en octubre, 11.305; en noviembre, 10.352; en diciembre, 11.970. Aunque el total del año 1902 arrojó 77.256 cajas menos que en el el año 1901, la tendencia mensual ya parecía haber revertido las cifras de la crisis.

Algunas fábricas no soportaron la caída de las exportaciones: el 10 de enero de 1903 La Fédération Horlogère Suisse publicó el siguiente anuncio:


Venta en subasta de una fábrica de relojería
Martes 20 de enero de 1903 y cuando proceda, el día siguiente, a partir de las 9 horas de la mañana, en el Hotel de las Tres Suizas de los Bioux se procederá a la subasta del activo de la Sociedad en quiebra, Val de Joux Watch Co., de los Bioux, saber:
Máquinas y herramientas: un torno de utillero Lorchschmidt, 1 torno de platinas, 1 máquina de hacer los pies, 1 máquina de hacer entalles, 2 máquinas de redondear, 1 taladro horizontal, 1 yunque, gran cantidad de tornillos, 2 micrómetros, una pulidora, poleas y ruedas de transmisión, etc., y un gran stock de acero y latón.
Estampadoras, placas de trabajo, etc., la configuración completa para la fabricación de un remontoir de áncora calibre 11 líneas y media, y un stock grande de piezas de relojería en todos los niveles de desarrollo, una gran cantidad de fornituras para relojes, 2.000 juegos completos de piedras finas, 11.000 piedras diversas.
Un lote de relojes terminados y de movimientos.
Mobiliario y dotación de oficina, 1 canapé forrado de cuero, sillas giratorias, regulador y péndulos, gran número de lámparas eléctricas para relojeros.
La venta tendrá lugar en bloque o por lotes.
Para solicitar información, escriba al abajo firmante.
Los bienes que serán vendidos podrán verse en las Tres Suizas
el lunes 19 de enero
de 2 a 5 de la tarde.
Sentier, 27 de diciembre de 1902
El encargado de las bancarrotas,
E. CAVIN


Muchas de las fábricas y talleres que eran habituales anunciantes en La Fédération Horlogère Suisse desaparecieron del journal. Se redujo notablemente el número de relojeros y casas que ofrecían relojes Roskopf o tipo Roskopf, y fornituras, assortiments o ébauches para relojes tipo Roskopf. Otros se mantuvieron como anunciantes. Y aparecieron nuevos nombres y marcas en el panorama industrial de la relojería suiza.

Lentamente también fueron apareciendo nuevos proveedores de piezas y ébauches para los relojes Roskopf, y otros, ya conocidos, que habían dejado de anunciarse en el periódico, salieron de nuevo en sus páginas como si nada hubiera pasado.

Y por primera vez, el 1° de enero de 1903 La Fédération Horlogère Suisse y los principales anunciadores, cada uno por su lado, desearon a los lectores, clientes y colegas, Feliz Año Nuevo.


Buenos días a todos,

Jaime
 
  • #28
19. Después de la crisis de 1901-1902. Suiza no fue el único país que sufrió una crisis en esos años. El costo del carbón sufrió alzas importantes que afectaron los precios de las manufacturas inglesas y alemanas, principalmente. Alemania era, según las estadísticas de exportaciones suizas, el principal cliente de Suiza, y Francia competía por el mercado alemán. Alsacia se convirtió en el lugar donde los compradores alemanes al por mayor llegaban hasta muy cerca de la frontera suiza..., compraban relojes bon marché para el grueso público alemán, que no miraba tanto la calidad del reloj que compraba sino su costo y le bastaba con una garantía de dos o tres años, y muchos compradores mayoristas no pasaban la frontera suiza sino que regresaban a su país con la mercancía comprada en Alsacia, libres de impuestos de aduana, según lo denunciaba un fabricante suizo en La Fédération Horlogère Suisse del 8 de diciembre de 1901. Aparentemente la exportación de movimientos y ebauches sin terminar, para ser terminados en los países de destino, hacía daño ya a la industria suiza; el comentarista de La Fédération Horlogère Suisse insistía, el 1° de enero de 1905, en un tema recurrente: "el uso de enviar movimientos desmontados a algunos países parece querer generalizarse. Los que han inaugurado este uso no sabrán nunca todo el mal que han hecho a nuestra industria. Los talleres de montaje instalados en el extranjero, al tiempo que prescinden de la mano de obra suiza, pueden convertirse en embriones de una producción futura de relojes. Las cajas de relojes no escapan al peligro del éxodo; hemos dicho recientemente que hay que recurrir a la claridad de objetivos y a la energía de nuestros montadores de cajas".

También la competencia norteamericana era cada vez más fuerte, en especial en el suministro de cajas de relojes de oro y plata, con desmedro de los fabricantes suizos de cajas. El resultado era una especie de guerra de precios que afectaba el comercio normal entre Suiza y sus clientes tradicionales. Se hacía cada vez más imperioso el celebrar nuevos tratados aduaneros y convenios comerciales con los principales países involucrados en este campo de la exportación suiza y en otros, como productos alimenticios, tejidos, etc. Además, la capacidad de producción suiza de relojes había crecido considerablemente: la Fabrica de Ebauches de Ed. Kummer, por ejemplo, podía producir diariamente 2.000 piezas (ebauches) para relojes Roskopf (La Fédération Horlogère Suisse, 22 de enero de 1903; en adelante sólo se indicará la fecha), y no era el único fabricante de este tipo de piezas, ni mucho menos, y como si fuera poco ya se fabricaban piezas Roskopf fuera de Suiza, como los pivotes de escapes intercambiables que fabricaban los hermanos Jeambrun en Maiche, Francia, en la comercialmente conflictiva frontera franco-suiza (25 de enero de 1903), para limitarnos a este reloj tan característico de la relojería suiza en esos años.

Tocados unos tratados, era neceario que todos los países renovaran sus tratados recíprocos. Las negociaciones empezaron en 1904 y terminaron generalmente hacia 1906. Inglaterra tenía la supremacía comercial en el mundo, por su volumen, pese a que su balanza comercial era negativa (las importaciones en 1905 tuvieron un valor de 131'537.000 libras esterlinas, contra 91'197.000, valor de sus exportaciones), seguida de lejos por Estados Unidos (el único país con balanza comercial positiva), Francia y Bélgica.

Para entonces, el comercio exterior de Alemania había crecido considerablemente, aun cuando desde 1901 hasta 1905 no hubo año en el cual no se presentara alguna huelga obrera más o menos importante. El comentarista de La Fédération Horlogère Suisse, maliciosamente, reproduce lo que decía el Sr. Dubail, agente diplomático francés, sobre la expansión del comercio alemán en la China: "el comercio alemán se pliega facilmente al espíritu chino, así: Alemania vende jabones, licores y anilina, muy baratos. Estos jabones son de ínfima calidad, pero están envueltos en papeles ilustrados en la China, con colores muy brillantes; su licor es una droga sin nombre, pero que viene dentro de una cápsula brillante, un traje de metal blanco con una hermosa etiqueta: «COÑAC». Su anilina sólo contiene 10% de materia colorante, pero la caja es preciosa. Además, las casas alemanas aceptan cualquier encargo; si no tienen el objeto solicitado, lo encuentran y desempeñan el papel de comisionistas. Gracias a esta forma de actuar, los alemanes, sin tener ninguna especialidad y no vendiendo productos secundarios ni de fantasía, han conseguido exportaciones a la China por valor de 6'877.449 francos, cifra en la que no figuran las compras hechas por el Gobierno chino, de armas y de máquinas" (10 de junio de 1906). No sabemos -ni sabremos- si el Sr. Dubail tenía razón o si era una broma franco-germana, que es lo que yo pienso, si he de creerle a los viejos de mi familia, para los cuales los productos alemanes gozaban del mayor prestigio por su calidad. Que al Sr. Dubail no le gustaran los jabones alemanes ni el licor que vendía y a los chinos sí es solamente una cuestión de preferencias.

El interés por nuevos tratados comerciales era compartido por los todos los países, que veían cuánto habían cambiado las relaciones internacionales por los diferentes niveles de desarrollo industrial y cómo los viejos convenios habían quedado obsoletos. Las negociaciones con Francia tendían, no obstante, a mantener el statu quo, es decir, la aplicación por parte de Francia de los derechos aduaneros aplicados entonces, o bien los de 1892, suprimiendo las facilidades concedidas a Suiza por el Acuerdo de 1895 (2 de agosto de 1906), y el 9 de agosto anunció que el tratado con Francia estaba listo para ser sometido a la consideración del Parlamento suizo.

Con España la cuestión se complicó por una disposición española que creó una sobretasa del 50% sobre los derechos aduaneros de los relojes suizos, que hizo comentar en el journal: "ante la incertidumbre que se tiene de las negociaciones en curso, nuestros fabricantes no debieran, como medida de precaución, enviar a España los relojes terminados que tienen en stock con destino a ese mercado" (10 de junio y 2 de agosto de 1906). El gobierno español explicó que "la solicitud de «Fomento de la producción» de Barcelona y otros centros importantes será concedida y los productos alemanes, ingleses y estadounidenses van a reemplazar en nuestro mercado los productos suizos" y que "las nuevas tarifas han sido aceptadas ya por Alemania y los Estados Unidos". No obstante, los relojes suizos no quedarían afectados por la sobretasa (9 de agosto de 1906). Con todo, La Fédération Horlogère Suisse, consideró que la sobretasa y la sustitución de productos suizos por productos alemanes, ingleses y estadounidenses era una ruptura de relaciones comerciales entre España y Suiza, y el 12 de agosto advirtió que había
españoles que recorrían la Suiza relojera "preguntando los precios de las diversas partes del reloj para, dicen, la explotación de una fábrica de relojes que tenían el proyecto de fundar en Madrid. Ya han visitado fabricantes de muelles, de cuadrantes, agujas, etc. Señalamos el caso a la atención y a la vigilancia de nuestros sindicatos de fábricas de ébauches y cajas así como a los trabajadores de relojería que los visitantes españoles se proponen contratar" (12 de agosto de 1906), ante lo cual el Sindicato de Fábricas de Ebauches y relojes Sistema Roskopf, con vista a la venta de movimientos desmontados en España [...], observando el efecto deplorable que tuvo en nuestra industria la venta de suministros en Italia y Austria, decidió por unanimidad prohibir completamente la venta de movimientos desmontados en España" (16 de agosto de 1906). El 30 de septiembre La Fédération Horlogère Suisse comentó: "El sistema inaugurado hace algunos años por algunos fabricantes de relojería más preocupados de obtener beneficios inmediatos que de conservar en el país la industria de la cual viven, y que consiste en enviar movimientos desmontados en arancel de suministros de relojería, acaba de ser tratado en vista de la conquista del mercado español. Aviso a nuestros fabricantes que [la venta de movimientos desmontados] conduce a organizar talleres de remontaje en el extranjero, eliminando así de la mano de obra a los trabajadores suizos".

Aunque todo esto enrareció las negociaciones hispano-suizas, finalmente se llegó a un acuerdo satisfactorio para ambos países. Pero no todo había terminado: el 25 de octubre hubo manifestaciones en Francia contra el tratado franco-suizo y el 1° de noviembre manifestaciones en Suiza contra el tratado con España.

Los tratados entraron en vigencia con la esperanza de que proporcionarían veinte años de estabilidad en los mercados. Sin embargo, ocho años después de firmados la Gran Guerra cambió todo de nuevo.
 
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  • #29
20. Las líneas y los milimetros: la toesa del Perú y el sistema métrico decimal. Que los legisladores pueden armar terribles tormentas en un vaso de agua lo demuestra el siguiente alegato prolongado por años.

Todos lo anuncios publicitarios de La Fédération Horlogère Suisse en 1900, y antes y después, dan las medidas de los calibres de relojes en líneas, medida de longitud que los novatos relojeros con alguna experiencia ya sabemos que equivale a 2,255 mm aproximadamente, que se mide con un calibrador llamado pie de rey.

¿De dónde sale esa medida? El pie de rey era, realmente, la sexta parte de una toesa, medida francesa equivalente a la estatura ideal de un hombre, que fue adoptada en España para la elaboración de mapas militares y en los planos de fortalezas, en el siglo XVIII (Ordenanzas del Cuerpo de Ingenieros Militares de España, 1718). La toesa equivale a 1,946 m y el pie de rey, (llamado a veces en España "pie de Rey de París") a 324,72 mm., aproximadamente. Es oportuno señalar que el pie de Castilla (tercera parte de la vara castellana), que valía 278 mm, fue hecho equivalente a 6 / 7 del pie de rey, es decir, a 278,33 mm en 1718 (Antonio López Gómez y Carmen Manso Prieto, Cartografía del siglo XVIII: Tomás López en la Real Academia de la Historia, Real Academia de la Historia, Madrid, 2006, página 107). El pie de rey era llamado a veces, en España, "pie de Rey de París". Era consecuencia del predominio francés en Europa. En Suiza también se adoptó la toesa, como era de esperarse.

El pie de rey se dividía en 12 pulgadas (cada pulgada equivalente a 27,06 mm) y la pulgada en 12 líneas (cada línea equivalente a 2,255 mm). Estas son las líneas usadas en la relojería suiza.

(No siempre fue así, sin embargo. En su libro Arismética para negociantes, que publicó en Madrid en 1790, Benito Bails, el autor, dice que el pie que se usaba en Suiza equivalía a 0,9236 de pie de Rey de París. Tabla V, página 397. Es posible que los relojeros suizos hayan adoptado la línea del pie de Rey de París a fines del siglo XVIII, durante el reinado de Luis XVI).

En cuanto al pie de rey dejó de usarse como medida de longitud y pasó a denominar al calibrador de líneas y, por extensión, al calibrador.

De esta manera se entiende fácilmente el siguiente anuncio publicitario de la edición de La Fédération Horlogère Suisse del 4 de enero de 1900:

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Nadie discutió el uso de las líneas de pulgada del pie de rey de la toesa francesa hasta la adopción del sistema métrico decimal, que cada país hizo cuando quiso. El metro fue definido en la Conferencia General de Pesos y Medidas reunida en París en 1889 como "la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre", una medida abstracta de longitud que ya no tiene relación alguna con el cuerpo humano (pies, pulgadas, dedos, toesas). En la práctica, el metro adoptado era "la longitud que tiene, a cero grados, la barra que con el nombre de metro patrón se conserva en el Museo de Pesas y Medidas de París". Esta definición precisó la medida del metro establecida en 1798. España adoptó el sistema métrico decimal en 1880 como de uso obligatorio. Colombia (entonces Nueva Granada) lo hizo en 1853 ("Lei de 8 de junio de 1853 adoptando el sistema métrico decimal francés"). Ni Inglaterra ni los Estados Unidos han adoptado el metro como unidad de medida. Ambos países siguen aferrados a los pies, a las pulgadas y a las fracciones de pulgada.

En la relojería suiza el efecto que tendría adoptar el sistema métrico decimal se consideró desastroso para la industria, a pesar de que desde los gobiernos ese cambio era considerado como benéfico para el comercio. El tema fue abordado en distintas ocasiones por La Fédération Horlogère Suisse. Por ejemplo, el 15 de enero de 1903, aportando hechos como que "la célebre Toesa del Perú, prototipo del Pie de Rey y de la doceava parte de la línea de los relojes, que se creía haber sido destruída durante la Revolución Francesa, existe todavía: se conserva en el Observatorio de París". Agregaba que la línea era esencial para el control de la fabricación de relojes, y que existía el prototipo en la Toesa del Perú. En cambio, citaba una carta de uno de los más importantes talleres de relojería suiza:
"Hoy tengo en mi poder una herramienta Boley de tornillo micrométrico, una herramienta parecida a la precedente, Brown & Sharpe, americana, y una fabricada a Longines para el uso de su fábrica. Hay 0,03 mm de diferencia entre ellas. Si la de Longines mide 1 mm, la americana mide 0,98 y la Boley alemana 0,97. Lo mismo ocurre con los grandes diámetros. Tengo un Boley à coulisse et vernier y otro de Kern d'Aarau; la diferencia entre ambos es de 0,04 y si se comparan con otros tipo Roch o de la Sociedad Ginebrina, habrá la misma diferencia y se parte de 0.03 de tolerancia para el ajuste de las piezas. Está bien si las herramientas son uniformes sobre un patrón dado, de otra manera la reforma [de las medidas] es inútil: dentro de la misma fábrica, las herramientas son uniformes, pero de una fábrica a otra, de un cliente a otro y de un fabricante de herramientas de medir a otro, la diferencia es muy apreciable..."​

El argumento en contra de abandonar la línea y adoptar el milímetro era incontrovertible. Otros también lo eran, y se esgrimieron en números sucesivos de La Fédération Horlogère Suisse: El costo de la renovación de las herramientas de un taller de relojería sería muy alto y revertiría en el alza del precio de los relojes o en la disminución de las utilidades de la fábrica. Entrenar a los obreros en el nuevo sistema de medidas tenía también serias objeciones. ¿Qué ocurriría con el mantenimiento de instrumentos de precisión construídos con base en la línea, si el obrero no sabía ya manejar este sistema? Por otra parte, ¿cómo podría el Gobierno forzar a los fabricantes a cambiar sus herramientas? ¿Harían inspecciones a las fábricas para ver quiénes no cumplían con la obligación de adoptar el sistema métrico decimal? ¿A quienes encuentren con herramientas graduadas en líneas se las confiscarán y les serán destruídas? ¿Si se dá un plazo para ir cambiando de sistema, cómo evitar la confusión que se producirá en el empleo de dos sistemas simultáneamente? Eran algunas de las preguntas sin respuesta que se hacía todavia La Fédération Horlogère Suisse el 2 de febrero de 1905, haciendo eco a los fabricantes de relojes.

La ley federal sobre Pesos y Medidas de 3 de julio de 1875 había entrado en vigor el 1° de enero de 1877 y obligaba a los gobernadores cantonales a perseguir el empleo de unidades diferentes al sistema métrico y a impedir la venta de instrumentos que sirvieran para medirlas. Sin embargo, el reglamento de ejecución de la ley tuvo la precaución de introducir el siguiente artículo: "Las medidas, pesos o balanzas empleadas no para las transacciones sino para la fabricación, no son reputados instrumentos al servicio del comercio. Los pesos y medidas de países extranjeros que son utilizados en las fábricas para la confección de artículos de exportación, son autorizadas, como en el pasado, y no son sometidos ni a la verificación ni a la inspección". Comenta el redactor: "Digamos, en primer lugar, que las herramientas en doceavos no entran en esta última categoría porque el pie de Rey no es ya legal en ningún otro país. En cambio, es incontestable que, por ser una disposición muy liberal de una ley que no desea hacer fracasar [a nadie], no está prohibido a ninguna persona servirse, en su fabricación, de cualesquier medidas, lo mismo si son arbitrarias. Esta disposición es justa; tiene en cuenta el derecho imprescriptible que tiene todo hombre de ser dueño de todos los actos de su vida privada que no sean nocivos a terceros ni a la comunidad. Así, en tanto que el se ocupa de una fabricación que se limita al interior de un taller, el fabricante tiene el derecho de servirse de la herramienta en doceavos y el Estado no tiene nada qué ver, con la condición de que el objeto fabricado no sea un objeto de comercio con respecto al cual se haga mención de medidas expresadas en unidades no métricas". Pero esto no solucionaba todo: "Si un fabricante de relojes mide el grosor de un volante en doceavas partes, lo traduce en décimas de milímetro y el fabricante traduce esta medida para adecuarla a su herramienta en doceavas partes", ¿lo que está prohibido es hablar de las líneas de pie de rey para encargar la fabricación del volante?". Comenta el redactor que "es evidente que la gran mayoría de las transacciones quedan por fuera de la ley". El 9 de febrero volvió sobre el tema, con nuevos argumentos y poniendo de presente las objeciones ya expresadas.

Como sea, en los avisos publicitarios los fabricantes ofrecían sus relojes indicando su diámetro en líneas todavía en 1934, último año de La Fédération Horlogère Suisse que he consultado. Y supongo que en los talleres se indicaba el grosor de platinas y engranajes en doceavos.

Ignoro si todavía la línea de pulgada de pie de rey de la toesa del Perú se siga usando. Supongo que sí. Espero que sí.
 
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  • #30
21. Los milímetros y las líneas en 1928. Encuentro en La Fédération Horlogère Suisse del 4 de enero de 1928 el siguiente anuncio publicitario:


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En este y en otros avisos se dan las medidas del movimiento en los dos sistemas, milímetros y líneas, especificando primero los milímetros y a continuación, entre paréntesis, las líneas equivalentes. Una solución salomónica al conflicto de la ley de la obligatoriedad del sistema métrico decimal francés.

No todos los anunciantes lo hacen así. Otros sólo especifican milímetros y otros más, sólo líneas. Sabiamente las autoridades debíeron hacerse los de la vista gorda para no perjudicar ni a los fabricantes ni el comercio de relojes.

Triunfó la sensatez. Ocurre a veces.

Jaime


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  • #31
Oléeeeeeee, gracias Jaime.
 
  • #32
22. Fritz Moeri en 1900, y antes y después. El comentario de Ch. Mincieux en La Fédération Horlogère Suisse cuando Moeri ganó Medalla de Plata en la Exposición Universal de París de 1900, a saber: "Estas no son piezas de un fausto espléndido pero su tipo en todo es interesante; algunos modelos denotan una aplicación muy juiciosa, bien elaborada, de los numerosos medios decorativos que dan a veces un sello de real elegancia, de una cierta riqueza, al buen reloj que sale de los talleres de este fabricante distinguido. Veo algunos movimientos funcionando muy bien, cuya factura es muy digna de consideración: calibre con platina de tres cuartos, non-magnétique, patente Moeri, único calibre propiedad de esta fábrica", describe bien la orientación de la relojería de Moeri: resolver algunos problemas técnicos difíciles y diseñar unos pocos calibres aplicables a movimientos de distintos tamaños y con posibilidad de mejoras.

Moeri se había asociado con Julius Frederic Jeanneret, miembro de una notable familia de maestros relojeros y quien tenía una empresa bajo la firma Jeanneret & Fils, en Saint Imier, Suiza. En 1883 crearon la empresa Moeri & Jeanneret. El 14 de noviembre de 1893 registraron la patente No. 7547, que el 27 de febrero de 1900, a la muerte de Janneret, fue traspasada a favor de Fritz Moeri, inventor del reloj perfeccionado a que se refiere la patente y como sucesor de Moeri & Jeanneret. La firma cambió su razón social por Fritz Moeri, Sucesor de Moeri & Jeanneret, en 1899. Poco después se registró como Fritz Moeri S. A., Fabrique des Montres Moeris, el 11 de febrero de 1901, en Saint Imier, y Moeri adoptó su sello característico del monograma FM en el centro de un círculo doble, en cuya corona aparece la marca MOERIS. Del calibre 19''' Moeris desarrolló variantes: Moeris 19A, Moeris 19B (Alpina 1719), Moeris 19C..., 19J, en cada una de las cuales introdujo mejoras como un nuevo regulador o un nuevo trinquete.

La firma Moeri & Jeanneret participó en la Exposición Nacional Suiza celebrada en Ginebra en 1896, y presentó allí el reloj patentado. En la entrega del 13 de agosto de 1896 La Fédération Horlogère Suisse se refiere a Moeri & Jeanneret en estos términos:


Noticia descriptiva de la relojería de la casa Moeri & Jeanneret, en St.-Imier.


La casa Moeri & Jeanneret, recientemente fundada, se ha impuesto por tarea el perfeccionamiento de la relojería corriente [horlogerie courante], en especial la fabricación de:

un solo tipo de reloj, de un solo tamaño, y de una única calidad,

y en simplificar los medios de producción por:

un empleo más generalizado de la máquina, y una gran división del trabajo.


El tipo de movimiento de la casa, 19 líneas, patentado y depositado bajo los números 780, 7547 y 10575 (en Suiza) es un movimiento de áncora de clavijas, en la cual las clavijas tienen la particularidad de estar atornillados a la horquilla. El escape no es imantable. Todas las partes del movimiento son completamente intercambiables: hay mucho espacio para los móviles y el barrilete puede ser levantado sin desmontar el reloj. El escape non magnétique es de doble platillo; la horquilla y el dardo, de una sola pieza; los levées de tornillo, únicos en su tipo, pueden, en caso de necesidad, ser remplazados por tornillería sencilla. En una palabra, los medios mecánicos más perfeccionados son empleados para la producción de un reloj teóricamente correcto, en el cual todas las piezas y sus funciones llenan las mejores condiciones de simplicidad y de solidez. Para llegar a un resultado práctico, el movimiento debe estar acondicionado para obtener un buen ajuste y una buena marcha.

Falta, sobre todo, tener una producción suficiente para aplicar estos novedosos principios de fabricación y para que el precio del reloj Moeri's Patent esté al alcance de todos los bolsillos.

Este movimiento es el que figura en cada reloj de la vitrina. Como lo prueba la exposición de la casa, si el movimiento es de un solo tipo absolutamente uniforme, no es lo mismo en las cajas que les sirven de envoltura. La variedad de cajas, en níquel, acero, doradas, de plata o enchapadas de oro, de todos los tipos y de todas las formas, ha llegado a su último límite, con las decoraciones mecánicas y artísticas más nuevas»


Otra patente que fue traspasada el 27 de febrero de 1900 a favor de Fritz Moeri como sucesor de Moeri & Jeanneret es la 10.575, de 19 de julio de 1895, del trinquete perfeccionado (encliquetage perfectionné) que usó Moeri en sus calbres.

El 3 de mayo de 1904 Moeri registró un nuevo calibre, el Civitas, de 10 1/2 líneas. Este calibre sirvió de base para los calibres Moeris 16A, 16B, 17A y 17B. Este, el Civitas, es el calibre que con más frecuencia se encuentra en los relojes marcados Ferrocarril de Antioquia, del que existen versiones desde el reloj de oro, más frecuentemente enchapado en oro, hasta los económicos de acero inoxidable, alpaca o cuproníquel.

Con la colaboración que Moeris prestó al físico suizo Charles Eduard Guillaume en la aplicación de las aleaciones Invar FeNi36 en 1905 y con su desempeño de como Jurado de la Exposición Universal de Milán en 1606, se cierra este período de la carrera de Fritz Moeri, en el cual consolidó su prestigio y su empresa relojera.

Moeri fue fiel a su propósito inicial: con pocos calibres, cuyas variantes introducían mejoras como su regulador patentado de la raqueta, la fábrica Moeris produjo una amplia gama de relojes de calidad, lepines y sabonetas, antimagnéticos y precisos, conservadores en su estética de guilloché y eventuales grabados al buril (que fue abandonando sin hacer ruido), hasta los años 30, cuando adoptó signos art decó en sus pendientes, cajas y esferas y entró de lleno al diseño y producción de relojes de pulsera, que cambiaron notablemente la gestualidad de consultar la hora y le dieron el puntillazo final a la etiqueta y las buenas maneras decimonónicas. También adquirió o fundó nuevas empresas relojeras, nuevas marcas, probablemente como una estrategia para atender los cambiantes mercados de esos años. Pero ese período corresponde más a la empresa Fabrique de Montres Moeris que al maestro relojero Fritz Moeri.

El mundo había cambiado mucho en su tecnología, en sus medios de transporte y de comunicación, en las artes plásticas, en el urbanismo y arquitectura, en la forma de vestir, en la política mundial, en la ciencia. Nadie ponía en duda las teorías de Einstein y de Freud. El tiempo y su medida eran entidades cada vez más abstractas, a medida que se precisaba mejor el día solar medio y se desarrollaban otras formas de medirlo, desde el reloj eléctrico al de cuarzo y al reloj atómico, sin los cuales el Curiosity no habría despegado de la Tierra.

Al mismo tiempo, la iluminación eléctrica de las ciudades borró la frontera entre el día y la noche e hizo cada vez más difícil la observación de las estrellas a ojo desnudo o con los pequeños telescopios de los observatorios de jardín. Regular el reloj es un problema de física atómica, no del paso del Sol por el meridiano, porque el tiempo dejó de ser la medida del movimiento del Sol en torno a la Tierra, medida necesaria para organizar el año agrícola y la jornada de trabajo, y aceptamos sin chistar que el tiempo sea un asunto administrativo que se traduce en hora de verano y hora de invierno. Si el reloj dice otra cosa, tanto peor para él.

El reloj nos miente ahora más que en el siglo XIX.

Yo me defiendo con un Moeris calibre Civitas 16A. O con el Ochive de bolsillo.
 
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  • #33
¿Gracias por qué? Me la estoy gozando. Gracias a tí por darme ánimos. Te brindaré el próximo.
 
  • #34
23. Un toro difícil de lidiar: el progreso: no pinte las manecillas del reloj: puede ser peligroso. El siglo XIX terminó con un optimismo desmesurado e ingenuo en la capacidad de la ciencia, la técnica y la razón para resolver los problemas más complejos: el descubrimiento de los microorganismos y su identificación como agentes patógenos permitió el desarrollo de la cirugía que se reveló capaz de resolver deformaciones genéticas o accidentales, hasta el extremo de corregir lo que el paciente considera un defecto inaceptable de su ser (algo de más, algo de menos), y desarrollar vacunas contra virus y bacterias; el alcantarillado hizo de las ciudades lugares más confortables; el automóvil hizo innecesario conformar el ejército de barrenderos encargados de recoger los excrementos de los caballos de París, que las estadísticas daban como inevitable para el siglo XX, según el informe pesimista del burgomaestre en 1900, o algo así; la telefonía modificó desde la manera de hacer negocios hasta la comunicación entre los enamorados; la industria llenó el mundo de productos maravillosos, de máquinas de escribir, máquinas de calcular, máquinas de tejer, máquinas de fotografía para congelar en el tiempo personas y cosas, máquinas de cosechar, máquinas para hacer más máquinas... Pero al mismo tiempo la medicina se hizo cada vez más costosa hasta ser virtualmente insostenible como prestación del Estado; el alcantarillado destruyó los ríos como los nichos ecológicos que eran y los transformó en cauces nauseabundos; el automóvil llenó de polución el aire de las ciudades; la telefonía invadió la intimidad de las personas, como es sabido; la industria hizo su propia contribución a la destrucción del paisaje y a la miserable vida de las ciudades industriales; las máquinas remplazaron millones de puestos de trabajo, acabaron con los gremios y crearon conflictos entre los dueños de las máquinas y los obreros que las manejaban, e invadieron la intimidad de las personas (grabadoras, videograbadoras, cámaras fotográficas) como una pesadilla... Por no mencionar las catastróficas consecuencias de la energía atómica domesticada.

Este breve inventario archiconocido sirve de preámbulo para decir que a veces la relojería no escapó a esta condición. Veamos dos casos de este período:


El Art-Noveau puede ser peligroso para la salud.
El entusiasmo por la renovación del Arte y de las artes decorativas trajo consigo el abandono de las premisas del arte académico ecléctico, codificado en los tratados del siglo XIX. Ilustradores como Aubrey Beardsley mostraron la belleza que el contraste entre el blanco y el negro puede alcanzar en la creación de imágenes; diseñadores como Víctor Horta hicieron ver que la asimetría ofrecía un universo completo de posibilidades para la creación artística y el diseño de objetos; un arquitecto como Hector Guimard demostró con las entradas a las estaciones del metro de París que diseñó entre 1899 y 1913 (las primeras se instalaron en 1900) que la dotación urbana puede ser algo más divertido y bello que los simples objetos utilitarios o los repertorios clásicos; con su diseño del Parque Güell, de 1900-1914, Antoni Gaudí hizo también del espacio público algo tan memorable como los recintos privados; Alphonse Mucha y otros artistas sacaron los avisos publicitarios de la rutina tipográfica...

En la relojería estas nuevas propuestas se valieron de viejas técnicas para conseguir diseños modernistas: buriles hábilmente manejados para crear temas florales alegres, propios del arte joven renovado; esmaltes para introducir las obras de Alphonse Mucha en las tapas de relojes que presentó con carácter exclusivo la casa Georges Favre-Jacot & Cie. a la Exposición Universal de París de 1900; el nielado, técnica secular que permitió trabajar en las cajas de reloj el dibujo de alto contraste de la plata sobre el negro niel y que produjo algunos de los relojes más bellos y elegantes que se hayan hecho... Pero el niel era un esmalte elaborado a partir de la fusión de la plata y el plomo con azufre, y muchos nielleurs pagaron con su salud el tributo a la belleza...


Pintar las manecillas del reloj puede costarle la vida.
Pierre y Marie Curie descubrieron el radio, elemento de número atómico 88, en 1898. Marie Curie logró aislar el elemento en 1910, con la colaboración de André Debierne. Este mismo año los dos avisos publicitarios más vistosos publicados en La Fédération Horlogère Suisse fueron el de Germain Pochon, grabador-decorador-nielero, de Ginebra, donde aparece un reloj con su tapa de un hermoso diseño art-nouveau nielado (4 de enero de 1910); y el de la fábrica "Utinam" de Georges Meyer, con casas en La Chaux-de-Fonds-, Besanzón y París; esta última casa ofrecía en forma exclusiva "l'heure dans l'obscurité, grâce aux cuadrans et aiguilles lumineux par le RADIUM" (8 de enero de 1910), una gran novedad: era posible consultar la hora en la oscuridad, gracias a las esferas y manecillas luminosas por el radio con que estaban pintadas.

Se estima que más de cien pintores de esferas de reloj, especialmente mujeres, murieron a causa de la radiación y la asimilación del radio al afinar con los labios el pincel con que lo aplicaban en los números, puntos y manecillas de los relojes. La primera acción legal por este tipo de muertes tuvo lugar en los años veinte del siglo pasado, contra la United States Radium Corporation, por el caso de las cinco "Radium Girls" que pintaban esferas y manecillas de reloj y que murieron a consecuencia del radio ingerido al lamer los pinceles, lo que les causó úlceras, anemia y cáncer en los huesos.

Todavía a finales de los años sesenta se fabricaban "relojes fosforescentes" con números, manecillas y puntos luminosos pintados con radio.


Cuando miro mi Juvenia nielado no puedo dejar de pensar en estas cosas.

Jaime
 
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  • #35
24. Más sobre los milímetros y las líneas. El debate sobre abandonar la línea y adoptar el milímetro como unidad de medida relojera, que comenzó en Suiza en 1875, atraviesa el cambio de siglo y prolonga varios años el blandir de convicciones, opiniones y objeciones.

El número de 31 de enero de 1907 de La Fédération Horlogère Suisse dedica un amplio espacio a la publicación, en el diario, de un escrido de Maurice Picard sobre el polémico asunto. El detallado escrito aporta a los aficionados información interesante sobre la práctica relojera en el taller.


Los instrumentos permitían medir fracciones de línea y fracciones de milímetro. La línea se dividía en doceavos que se usaban para medir los espesores de platinas, puentes y ruedas, así como el grosor del movimiento y del reloj en su conjunto. Este sistema venía de mucho tiempo atrás, posiblemente de finales del siglo XVIII, como dijimos, y había permitido establecer, con la experiencia, los espesores o calibres de las láminas que serían recortadas o troqueladas para fabricar las piezas. Así, se sabía ya que un doceavo y cuarto era la diferencia entre una lámina fuerte (la de un doceavo y cuarto), y una débil (la de menor calibre). Un doceavo y cuarto era equivalente a 0,234875 mm (menos de un cuarto de mm).

Las herramientas de relojería estaban adecuadas para producir el conjunto del mecanismo del reloj y su caja en función de líneas (usadas para medir los diámetros) y doceavos (usados para medir los espesores). "¿Cómo orientarse en semejante galimatías y cómo esto es aún posible en el año de gracia de 1906, mientras que la milésima de milímetro puede observarse desde hace ya algunos años?", se preguntaba Picard. Y agregaba:"Apenas sale de la escuela donde ha aprendido los buenos principios [de la relojería], el joven relojero cambia su herramienta graduada en décimas de milímetro y su torno de ajustar los pivotes tallándolos, en centésimas de milímetro, para coger los instrumentos en uso en el taller de su patrón, la antigua herramienta en doceavos de línea, el torno en cuarentayochoavos de línea".


Como si fuera poco, la línea tenía diferente longitud según fuera suiza, francesa, alemana o inglesa. "En la misma Suiza, el pie (12 líneas) vale en Bale 299 mm; en Berna es de 293,3 mm o de 317,7, según sea común o de cantero; en Ginebra no mide más que 288 mm, en tanto que es de 300 mm en Neuchâtel. En Alemania, la misma diversidad: el pie de Prusia mide 313,854 mm; en Nuremberg, 303,5 mm; en Leipzig, 282,2 mm; en Munich, 291,9 mm; en Varsovia, 297,8 mm, etc. En Inglaterra y en Francia, cada villa ha tenido el suyo, y no ha sido sino después de un tiempo relativamente corto que el valor de la línea francesa, la que es empleada en relojería, se ha fijado en 2,255891 mm, cifra reconocida por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas", afirma Picard.


El estudio de Picard continúa en la entrega del 3 de febrero de 1907 de La Fédération. Allí nos cuenta que "la platina se mide por doceavas partes e incluso por veinticuatroavos.... Hemos visto, en una de las más importantes fábricas de ébauches planos de calibres que tienen, al costado de las cotas, en centésimas de milímetro, las cifras equivalentes en veinticuatroavos de línea... ¿Por qué? Porque anteriormente los fundidores sacaban su latón en planchas de esta manera, y así continúan [...]. Los puentes y las ruedas son medidas con la herramienta de doceavos de línea..."


Maurice Picard, el autor del estudio, era acérrimo defensor de la sustitución de la línea por el milímetro en la fabricación de los relojes, no solo en la facturación comercial, y presentó este escrito al concurso abierto por el Journal Suisse de l'Horlogerie. En su estudio describe como lo más sencillo del mundo cambiar las herramientas graduadas en líneas o en doceavos de línea por herramientas en milímetros y décimas de milímetros, destruir las antiguas o enviarlas a un museo y fabricar platinas, puentes, ruedas, volantes, espirales, tornillos, muelles, cajas y cristales en milímetros. No es posible saber qué habría pasado si se le hubiera hecho caso, como lo esperaba, convencido como estaba de que sus argumentos habían logrado remover toda opinión contraria a la suya. Pero no es descabellado pensar en que el costo habría sido alto, no sólo por el valor de reposición que tuvieran las herramientas (muchas de las cuales pertenecían a los obreros o a los dueños de pequeños talleres) sino porque se habría inducido una crisis en la producción y en las ventas de los relojes suizos. Probablemente muchos talleres no habrían sobrevivido al cambio. Es un caso de los que una historiadora explicaba con esta frase lapidaria: "La teoría, en la práctica, es otra cosa". No en balde el sistema métrico decimal no ha logrado imponerse en todas partes.

Jaime
 
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  • #36
25. Los relojes planos, extraplanos y ultraplanos. En 1900 no aparece en La Fédération Horlogère Suisse ni un solo aviso publicitario de relojes planos o extraplanos (salvo error u omisión), pero varios de los expositores de la Exposición Universal de París de ese año presentaron sus relojes planos y extraplanos. Hasta donde pude averiguar, Jules Jurgensen, de Le Locle, que ganó Grand Prix, exhibió cuatro relojes de oro, de llave para la cuerda, extraplanos, para damas, de los que dio cuenta el redactor Mincieux sin decir más que deja de comentar los cronógrafos que expuso Jurgensen para mencionar esos cuatro relojes; Luis Brandt, de Bienne (relojes Omega), también premiado con Gran Prix y que presentó un cartón de seis cronómetros para dama, de diez líneas, de quien escribió Mincieux que "siguiendo la elegante sencillez que caracterizan estas piezas, una decoración muy interresante detiene mis recuerdos en una colección de relojes de bolsillo para hombre, de diecisiete líneas, con cajas llamadas extraplanas, de oro, cinceladas con una extrema finura". Francillon & Cie., de St.-Imier (relojes Longines), presentó "cuatro series de relojes de dieciocho líneas, extra-planos, y ante los cuales uno termina... ¡consultando su gousset (bolsillo del chaleco para el reloj)! Este tipo encantador [de relojes], en tanto que nuevo, se realiza en acero, plata lisa o cincelada y en oro; es uno de los éxitos destacados de la fábrica de Longines".

Al comentar la exhibición de Droz & Cie., de St.-Imier, Medalla de Oro en París 1900, Mincieux parece perder entusiasmo por los relojes delgados y planos: "ciertos modelos de los señores Droz & Cie. están construidos exactamente, y muy loablemente, a la moda del día: el reloj de bolsillo extraplano; a su lado contrastan los relojes colosos en metal, de los que observo aquí tres bellas muestras". La misma impresión de que Mircieux no acepta de buen grado los relojes planos se percibe en su comentario a los relojes exhibidos por Golay fils & Stahl, de Ginebra, declarados fuera de concurso por ser esta casa miembro del jurado: "varios relojes de repetición en cuartos, cinco minutos o minutos, excesivamente planos, con o sin cronógrafos, de una ejecución tan perfecta como moderna, con las últimas exigencias del mercado relojero". La expresiones "moda del día" y "las exigencias del mercado" parecen condenar, con diplomacia, los relojes extraplanos hacia el futuro: de Rodolphe Uhlmann, de Ginebra, Medalla de Bronce, dice "que no presenta más de 15 relojes, bellos, de factura distinguida, tipos francés e inglés, algunos de los cuales, extraplanos, demuestran cómo este fabricante desea mantenerse en la corriente, a veces caprichosa, de las exigencias modernas".

Pero unas son de cal y otras de arena: al comentar la colección de relojes complicados extraplanos que presentaron en París 1900 H. Redard & fils, Gran Prix colectivo, Mirceaux dice que son "de un muy buen aspecto, de una ejecución muy distinguida; son cronómetros, cronógrafos con ratrrappante, todas piezas de precisión". También se muestra más objetivo con L. Gironde, de Ginebra, premiado con Medalla de Oro, de quien destaca "piezas complicadas extraplanas, sabonetas y lepines, que tienen una expresión muy moderna". Otro de los premiados con Medalla de Oro, Clémence-Beurret, de La Chaux-de-Fonds, presentó "una bonita colección de relojes clásicos y extraplanos" que Mincieux califica "de buen gusto y elegantes por las excelentes proporciones del calibre registrado por la casa". Con Hass, Neveux & Cie., de Ginebra, Medalla de Plata, Mincieux recupera la admiración por la proeza técnica implícita en los relojes extraplanos: "Para terminar la enumeración de estas espléndidas piezas, un broche de oro sensacional, único: un reloj -permítaseme señalar, ¡simplemente plano!- de un espesor de cinco milímetros y medio, cronómetro de 18 líneas, cuyo movimiento «de magnitud» es extraordinario" (comentario que puede entenderse como que el movimiento es extraordinario a pesar de su tamaño, 18 líneas y 5,5 mm o 29 1/4 doceavos). Isaac Grasset & Cie., firma de Ginebra que recibió, quizás injustamente, Mención Honorable en París 1900, presentó varios relojes simplificados en los cuales se podían suprimir varias ruedas gracias (no sé cómo) a un muelle cilíndrico que había inventado esta firma y del cual dice Mincieux: "Me parece que, dadas estas modificaciones, poniendo el calibre casi al desnudo, si puedo expresarme así, la aplicación a las complicaciones en este último [reloj] daría una pieza notable, que podría ciertamente clasificar en la categoría de las extraplanas. Sin extenderme sobre los detalles de estos relojes simplificados, diré que el ajuste y reparación me parece que se facilitan y también por este motivo las obras de los Sres. Isaac Grasset & Cie. conseguirán sin duda un lugar honorable, antes de que pase mucho tiempo, en el mercado relojero".

Por último, en la reseña que Mincieux hace de la exhibición Fuera de Concurso de la manufactura LeCoultre & Cie., de Le Sentier (que fue miembro del jurado), manifiesta el comentarista que se le permita "admirar en grande lo que los señores LeCoultre fabrican en pequeño, en la construcción de sus calibres especiales de seis a veinte líneas, de una factura impecable", y menciona, entre otros relojes y calibres, "piezas para Inglaterra y Alemania, calibre revolver, puentes serpentinos (para relojes extraplanos, principalmente) con trinquete medio visible patentado, [y el] calibre de níquel especial para América".

Salvo que se me hayan escapado algunos, los relojes planos y extraplanos no ingresan a los avisos publicitarios de La Fédération Horlogère Suisse hasta diciembre de 1901, en plena crisis de las ventas de relojes suizos. El primero es uno de alguien que pregunta el 5 de diciembre: "Despertadores. ¿Quién fabrica un reloj de áncora despertador muy plano? Envíe ofertas con precios bajo la contraseña Z 3654 C a la agencia Haasenstein & Vogler, Chaux-de-Fonds". El 8 de diciembre D. Golay, de Sentier, ofrece su especialidad: "17 líneas, extraplanos". El día 19, Audemars frères, de Brassus, anuncian "Repeticiones a minutos 17 líneas extraplanos, especialidad".

El mismo día 19, Ernest Degoumois, fabricante de relojería de St.-Imier, avisa que: "Habiendo constatado la existencia de falsificaciones de mi reloj de bolsillo extraplano Bonheur cuya patente se intitula 'reloj de altura mínima, con volante visible', aviso a los interesados, fabricantes y compradores, que perseguiré, conforme a la ley federal, a todas las personas que cooperen, directa o indirectamente, a la fabricación y a la venta de relojes falsificados o imitados". El día 27, la Fabrique "HONESTUS" de La Chaux-de-Fonds publica un anuncio a página entera de su "montre extra-plate, balancier visible, échappement áncre, levées visibles, 15 rubis, réglage de présición, plat ou Breguet", texto que repite en el anuncio cuatro veces, formando una cruz, en medio de cuatro ilustraciones de su reloj Honestus, visto de frente y de perfil, que sitúa una en cada esquina del anuncio, y el sello de la marca Honestus en el centro. Este anuncio seguirá apareciendo en enero de 1902. No sé en qué paró todo aquello.

En 1907 ya son varias las fábricas que ofrecen relojes extraplanos: Moutier Watch Co., de Moutier, su "nuevo reloj de áncora, plano"; Sandoz Watch Co., de Saint Imier, sus relojes ultraplanos, de altura de 18 doceavos (3,4 mm), los planos de 26 doceavos (4,9 mm) y cronógrafos ultraplanos de 24 doceavos (4,5 mm); Küng-Champod & Cie., de La Chaux-de-Fonds, cuya especialidad eran los relojes para damas, extraplanos en oro, plata y acero; Paul Lévy, relojes de oro extraplanos y semiplanos en todos los tipos.

A despecho del señor Mincieux, los relojes extraplanos llegaron para reinar más de medio siglo.
 
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  • #37
26. Los relojes tipo inglés hechos en Suiza. En La Fédération Horologère Suisse de 1900 abundan los avisos de fábricas de relojes que tienen como especialidad la hechura de relojes tipo inglés, para el mercado de Inglaterra. Hace unos días se planteó en el foro una cuestión interesante a propósito de un reloj con escape de rueda catalina: Que los relojeros ingleses hacían puntiagudos los los dientes de la rueda, y los relojeros suizos, no. La cuestión era si cuando los relojeros suizos hacían esos relojes para el mercado inglés, hacían los dientes puntiagudos, como los hacían los ingleses, de modo que el reloj, aunque fuera hecho en Suiza, fuera "inglés" por dentro y por fuera. Por entonces no fue posible dilucidar este punto.

Una entrevista con Sir John Bennet publicada por la Pall Mall Gazette de Londres y reproducida por La Fédération Horologère Suisse el 14 de enero de 1887 bajo el título "Histoire d'une industrie ruinée" proporciona claves para entender el fenómeno del mercado suizo de relojes de tipo inglés para Inglaterra.

¿Quién era Sir John Bennet? Dice el reportaje que era descendiente "de una familia donde esta industria es de tradición, su abuelo había fundado en 1761, en Greenwich, un establecimiento de relojería y óptica, que fue continuada por su padre y por él mismo. Más tarde, abandonando la idea que acariciaba de ser el Director de la Escuela de Lewisham, prefirió ocuparse de intereses que tenía su madre en la industria paterna y que había estado apadrinada, por largo tiempo ya, por los funcionarios del Observatorio real. Hizo el aprendizaje de la profesión de relojero y en 1837 fue encargado del ajuste de todos los instrumentos de precisión que se encontraban en el Observatorio. Desde 1846 figura entre el número de negociantes notables de la ciudad. En 1851 fue secretario de la Sección de Relojería en la Exposición Universal de Londres y en 1878, Comisario inglés en la Exposición Universal de París, que le valió la cruz de la Legión de Honor. Durante cuarenta años siguió paso a paso las fases diversas de la industria relojera y los progresos que ella ha realizado en el continente [Europa continental] y ha pronunciado sobre este tema y otros a él tocantes, más de mil conferencias. De suerte que, en lo que concierne a este ramo especial de la actividad humana, Sir John Bennet, pensamos, habla con autoridad y con perfecto conocimiento de causa". Un testigo excepcional.

En 1887 los relojeros ingleses se aprestaban a protestar ante el Gobierno contra la importación de relojes de fabricación extranjera, y sobre este malestar le fue solicitada la entrevista, de la cual nos interesan algunas respuestas de Sir John: "La verdad es que la causa ostensible de esta agitación no es la que se dice. Los agitadores son proteccionistas disfrazados. Quieren forzar al público inglés a comprar relojes ingleses de fabricación inferior, a los mismos precios por los cuales pueden adquirir relojes extranjeros, de calidad superior".

Otra declaración de Sir John Bennet es aun más esclarecedora: "No puedo darle cifras exactas, pero sé que una casa inglesa, que hacía 3.000 relojes por año, trae hoy todo su stock de Suiza [...]. Desde luego, el cambio que se ha operado en la situación de los relojeros ingleses es bien triste. El número de relojes de fabricación inglesa a los que se dió punzón en 1850, sobrepasaba, creo, los 200.000, cifra que prueba que respondíamos en esa época a todas las necesidades del país en este campo. Y si a la hora presente, necesitara cien relojes verdaderamente ingleses, no sabría dónde buscarlos en Clerkenwell, ni tampoco si los encontraría en Coventry, porque los movimientos fabricados en Suiza son suministrados desde Coventry, lo mismo que desde Clerkenwell, como artículos de manufactura inglesa [...]. Suiza sola exporta a Inglaterra, anualmente, más de un millón de libras esterlinas en relojes".

Sir john hace un diagnóstico muy duro de la situación de la industria relojera inglesa, y dá sus opiniones sobre lo que habría que hacer para sacarla de la ruina en que estaba, pero esto último sería objeto de otro comentario.

Es probable que los movimientos y relojes se despacharan sin marca para ser firmados por los relojeros ingleses que los encargaban. Ahora bien, si la descarnada relación de Sir John se ceñía a la verdad, y no hay ningún motivo para pensar lo contrario, los relojes suizos de tipo inglés debieron de ser hechos ajustados a los diseños y técnicas inglesas. Más de un millón de libras esterlinas no pueden dejarse al capricho de relojeros que prefieran ruedas catalinas de dientes redondos a las de dientes puntiagudos.

¿Esos relojes eran imitaciones o falsificaciones? No. Eran relojes de tipo inglés. Gruesos, de llave para darles cuerda y ponerlos en hora, con escapes de rueda catalina, muchos de ellos; con cajas, ornamentación, pendientes, esferas y manecillas al gusto inglés. Como quien hace un traje sobre medidas cuyo modelo ha sido escogido por el cliente.
 
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  • #38
27. Un problema difícil de controlar: la superproducción. La producción industrial de relojes, en fábricas mecanizadas capaces de producir cientos de relojes al día, y el notable éxito de la relojería suiza en la Exposición Universal de París de 1900, produjo cada cierto tiempo una superproducción de relojes que aumentaba la oferta ante una demanda que no crecía. Esta superproducción debió de estar en el núcleo de la crisis de 1901-1902, aunque los comentaristas de La Fédération Horlogère Suisse no lo mencionen. Tal vez confiaban en que la apertura de nuevos mercados, como la China, Japón, la India y el África podría absorver las existencias que se acumulaban en las fábricas. Pero las guerras tienen efectos que duran un tiempo más allá de su terminación, durante el cual el consumo de mercancías se mantiene reducido al mínimo, así que las existencias también se acumulaban en los paises de destino de la exportación. A esto se agrega que los relojes de alto costo tenían (como aun tienen) un limitado número de compradores que solamente renuevan su "ropero" de relojes si encuentran mejoras sustanciales en su precisión, en las complicaciones que tengan o que ofrezcan como novedad, o en la decoración con motivos inéditos y atractivos capaces de generar una moda; que los relojes de bajo costo, consumidos por empleados y funcionarios de bajos salarios, no se renuevan tanto como los de alto costo; y que los relojes ofrecidos al creciente proletariado, que no estaba habituado al uso del reloj y no lo consideraba indispensable, eran de venta difícil, a pesar de los precios más reducidos aun de los relojes bon marché, baratos y de menor calidad que producían muchas pequeñas fábricas y talleres.

También era causa de crisis en las ventas el alza en los costos de producción, como en el carbón, el oro, la plata o el cobre, principalmente. Los fabricantes y exportadores quedaban expuestos a esperar a que bajaran esos costos; a tener que vender a menos precio, perdiendo las utilidades que les permitían seguir funcionando como casas relojeras o como talleres de partes y piezas de repuesto (fornituras); a rebajarles el sueldo a sus empleados, algo que la legislación comenzó a controlar con rigor, o a reducir la producción de las fábricas, lo que causaría que muchos obreros quedaran sin empleo.

Una crisis causada por la superproducción y que fue mejor analizada que la de 1901-1902 por La Fédération Horlogère Suisse, fue la de 1887-1888. En su entrega del 18 de febrero del último año mencionado, La Fédération Horlogère Suisse se ocupó del problema. Ya antes, el 28 de enero, había analizado de "la situación de los fabricantes de relojería que los productores soportaban, sin compensación alguna, la totalidad del aumento del precio de los ébauches y finissages y que las fábricas de relojes, asoladas por el aumento del precio de latón como consecuencia del acaparamiento del cobre, estaban perjudicadas en no pequeña medida".

La Fédération Horlogère Suisse advertía de que, "en el estado de saturación de la mayoría de los mercados", no era posible "hablar de una subida general e inmediata del precio de venta de los relojes. Mientras haya diez relojes ofrecidos en venta por cada reloj solicitado, los precios de venta tendrán la tendencia a bajar; un aumento serio y duradero sólo será posible el día en que las existencias en fábrica y en el extranjero hayan disminuido considerablemente y el reloj sea tanto o más solicitado que ofrecido; sólo entonces el fabricante y el exportador podrán establecer sus precios de venta y no estarán obligados, como ocurre actualmente, a aceptar el precio que a los compradores les resulte cómodo ofrecerles".

Agrega el comentarista que "disminuir la producción relojera sería dejar sin trabajo a un cierto número de hombres que no tienen otro recurso que el ejercicio de su profesión de relojeros y que difícilmente encontrarían otra industria que les pudiera ofrecer, sin transición, medios estables de subsistencia". Otros efectos de la disminución de obreros en las fábricas sería la disminución de aprendices de un oficio tan expuesto al desempleo y al envilecimiento de los salarios. El empleo de máquinas en la producción y la especialización del trabajo, dice La Fédération Horlogère Suisse, "hace que lo que diez obreros ejecutan en un tiempo dado la máquina lo ejecuta más rápido y más regularmente que ellos. Allí radica la causa de la superproducción". Agrega que, además, "el desarrollo industrial no ha estado acompañado de su corolario natural: el desarrollo de las relaciones exteriores". Y concluye que la solución a la superproducción no consiste en producir menos sino en buscar la ampliación del comercio de exportación" en forma razonable, "a la vez audaz y prudente, teniendo en cuenta las exigencias, las necesidades, los recursos, la seguridad, la riqueza, en una palabra, las condiciones particulares de cada mercado, y no en la ampliación imprudente que hemos practicado por mucho tiempo y que ha consistido en enviar a todos los mercados productos que no siempre respondían a las necesidades reales de las poblaciones a las cuales se destinaban".

Esta es la razón por la cual los fabricantes suizos de relojes, en forma creciente, elaboraban y ofrecían fabricar "relojes de todos los tipos y para todos los países", como se ve ya en La Fédération Horlogère Suisse en muchos anuncios publicados en 1900 y en los años posteriores.
 
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  • #39
28. Breveté. Los avisos que publica La Fédération Horlogère Suisse de casas relojeras incluyen a menudo las marcas o una somera descripción de los tipos de reloj que fabrican. La Fédération Horlogère Suisse incluye también una sección de Brevets d'invention, destinada a informar al público las novedades que, en materia de patentes de relojes, cajas, ebauches o movimientos se habían producido en la oficina de patentes, y las patentes que habían sido anuladas. Traduzco libremente:


______________________________________________________

MANUFACTURA DE RELOJES SENCILLOS Y COMPLICADOS
A. LUGRIN
ORIENT - Vallée de Joux - ORIENT
Especialidad en
Repeticiones - Cronógrafos
ARTÍCULOS PATENTADOS. PRECIOS VENTAJOSOS
Representante: M. Albert Gindrat,Paix 45, Chaux-de-Fonds
______________________________________________________


La Fédération Horlogère Suisse también informa de las modificaciones que se han dado en la tenencia de las patentes. Por ejemplo, el 16 de septiembre de 1900 La Fédération anunció en su sección "Brevets d'invention" que Ernest Francillon & Co., de St-Imier, cedió las siguientes patentes a favor de la Fabrique des Longines Francillon & Co., de St.-Imier, registrada el 29 de agosto de 1900, las siguientes patentes:

Modifications
N° 70. 29 novembre 1889, 2 1/2 h. p. — 7 modèles. — Horlogerie (montres de poche).
N° 313. 29 décembre 1891, 11 h. a. — 9 modèles. — Horlogerie (montres de poche).
N° 411. 30 juillet 1892, 7 1/4 h. p. — 2 modèles. — Horlogerie.(mon 1res de poche).
N° 496. 27 décembre 1892, 3 1/2 h. p. —1 modèle. — Calibre de montre.
N° 607. 21 juin 1893, 8 h. a. — 2 modèles. — Calibres de montres.
N° 651. 11 aoùl 1893, 8 h. a. —1 modèle. — Calibre de montre.
N° 1026. 18 août 1894, 8 h. a. — 2 modèles. — Calibres de montres.
N° 2466. 7 septembre 1895, 8 h. a. — 1 modèle. — Calibre de montre.
N° 2946. 7 février 1896, 7 3/4 h. p. — 4 modèles. — Calibres de montres.
N° 3114. 10 avril 1890, 11 h. a. — 1 modèle. — Boite de montre.
N° 3612. 10 septembre 1896, 8 h. a. — 2 modèles. — Calibres de montres.
N° 4601. 8 septembre 1897, 7. h. p. —1 modèle. — Cercle d'agrandissement

et protecteur de cadrans pour mouvements de montres.
N° 4607. 13 septembre 1897, 5 h. p. — 4 modèles. — Calibres de montres.
N° 5045. 23 avril 1898, 8 h. p. — 2 modèles. — Calibres de montres.
N° 5297. 19 juillet 1898, 8 h. p. —2 modèles. — Calibres de montres.
N° 5389. 30 août 1898, 8 h. p. — 2 modèles. — Calibres de montres.
N" 5099. 26 janvier 1899, 8 h. p. — 1 modèle. — Calibre de montre.




Otros relojeros anuncian que han adquirido algunas patentes:

_______________________________________________________________________

BREVET D'INVENTION
Le citoyen H. Barbezat-Bôle, fabricant d'horlogerie au Locle, porte
à la connaissance du public horloger, qu'il a acquis de Mr. Constant Piguet ,
horloger au Brassus, le brevet No 11948 pour
montres à répétition
Carillon quatre marteaux
(Répétitions et grandes sonneries à répétition)
Toute contrefaçon sera RIGOUREUSEMENT poursuivie
conformément à la Loi.
La dite maison Barbeztl-Bôle saisit cette occasion pour recommander
son assortiment complet en tous genres de
Montres compliquées
Grandes sonneries et répétitions à 2 , 3 et 4 marteaux
Horlogerie garantie.

(La Fédération Horlogère Suisse, 15 de julio de 1900)
_______________________________________________________________________



En ocasiones, el fabricante advierte de una patente que ha obtenido y hace terribles advertencias a los falsificadores:

______________________________________________________________________

A V I S
Los señores Ernest Francillon & C°
Fábrica de Longines, en St-Imier,
cada uno prevéngase porque ellos
persiguirán con todos los rigores de la ley
a los falsificadores de su
nueva Raqueta patentada llamada Raquette brisée
Patente suiza 16831
Patente francesa 282,280
Patente alemana 109,731

(La Fédération Horlogère Suisse, 1° de abril de 1900)
______________________________________________________________________




La patente de invención era ya comunmente aceptada y esto se destacaba en los anuncios:


________________________________________________

Une maison d'exportation
ayant représentant à Londres,
désire concession pour l'Angleterre
et Colonies
,
d'une montre ancre 12
ou 13 lig., article bon marché,
mais de confiance. La
même maison demande aussi
offres en spécialités brevetées.
Adr. off. sous chiff. F 3195 C
à Haasenstein & Vogler,
Chaux-de-Fonds.

(La Fédération Horlogère Suisse, 25 de octubre de 1900)
________________________________________________


El estudio y discusión del proyecto de ley que habría de proteger los inventos e innovaciones en Suiza tomó tiempo y La Fédération Horlogère Suisse le dedicó amplio espacio al avance del proyecto de ley, hasta cuando fue aprobado como Ley Federal. El año 87 fue dedicado a promover e informar a los fabricantes de relojes sobre la necesidad de esta ley, que requería de una reforma constitucional. Ya antes, el 30 de julio de 1882, se había hecho una votación para aprobar el estudio de la ley y hacer la reforma constitucional, pero habían ganado los partidarios de que no se emitiera dicha ley (probablemente se beneficiaban de inventos ajenos no patentados). La votación del 10 de julio de 1887 fue abiertamente partidaria de la Ley de Patentes de Invención, que pasó a estudio de la Asamblea Federal y fue aprobada. Hasta entonces, solamente las marcas de fábrica registradas estaban protegidas por la Ley (icluído el derecho a usar el propio nombre como marca de fábrica, lo que explica que a F. E. Roskopf le vetasen usar su apellido como marca) y que con alguna frecuencia aparecieran en La Fédération Horlogère Suisse avisos como este:



_____________________________________________________________________________

IMITACIÓN DE MARCA DE FÁBRICA
La fábrica de cajas de relojes
SCHLATTER & FLOTRON
de Madretsch
avisa a los interesados en la industria relojera el hecho de que su marca
de fábrica —una locomotora— está siendo imitada. Esto llevará al
rigor de los tribunales a los individuos culpables de esta falsificación.
UNA RECOMPENSA
será entregada, después de dictada la sentencia, a toda persona que haya proporcionado a
la casa arriba mencionada, información precisa sobre los
imitadores.
(La Fédération Horlogère Suisse, 1° de julio de 1887)
_____________________________________________________________________________
 
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  • #41
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Considero este hilo más que digno de formar parte del apartado ESENCIALES del foro.

Gracias, Jaime Salcedo.

Creo que yo también dije algo parecido en éste mismo hilo.

Estaría muy bien que se pudiera poner como chincheta, teniendo en cuenta la grandísima fuente de información que reúne y la segura utilidad que puede tener para cualquiera de nosotros.
 
  • #42
Hola, DRINFEAL y Rafagil:

Gracias por el elogio. La verdad es que La Fédération Horlogère Suisse es un periódico rico en noticias sobre la relojería de los finales del siglo XIX y la de las primeras décadas del XX. Por razones personales he tenido que aplazar la continuación del hilo pero no lo he olvidado. Todavía tiene algunas noticias y avisos dignos de comentario.

Un cordial saludo a ambos,

Jaime
 
  • #43
Amigo Jaime: Tu post demuestra que no hay nada nuevo bajo el sol.
Pues las prácticas de dumping(creo que se escribe así ) ,nos trasladan a Adán y Eva
Buen post y saludos desde el otro lado del charco
 
  • #44
Casi dos años después aplaudo tu artículo ,la historia y su relato no están divorciadas de la técnica,mecánica en este caso ,por lo tanto Jaime y Gong son como siameses unidos por sus espaldas.
Gracias y Saludos
 
  • #45
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En negrita lo que he conseguido recopilar hasta ahora:


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Exposiciones Internacionales:
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1851 LONDON – Great Britain
1855 PARIS - France
1862 LONDON – Great Britain
1867 PARIS - France
1873 VIENNA - Austria
1876 PHILADELPHIA – USA
1878 PARIS - France
1880 MELBOURNE - Australia
1888 BARCELONA - Spain
1889 PARIS - France
1893 CHICAGO – USA
1897 BRUSSELS - Belgium
1900 PARIS - France
1904 SAINT LOUIS – USA
1905 LIEGE - Belgium
1906 MILAN - Italy
1910 BRUSSELS - Belgium
1911 TURIN - Italy
1913 GHENT - Belgium
1915 SAN FRANCISCO – USA


.
Exposiciones nacionales:
1883 - Zurich

1896 - Genève
1914 - Berna

.


.
1902 Concurso cronométrico
1912 Concurso cronométrico observatorio Genève
1912 Concurso cronométrico Neuchâtel
1913 Concurso cronométrico Neuchâtel

.
 
Última edición:
  • #46
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Exposición Milan 1906, premios otorgados:
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Remarco los fabricantes que tienen alguna de sus marcas representadas en mi colección:


~ Grands Prix:
Francillon & C°, St-Imier. >LONGINES<
Fabrique d'horlogerie Rauschenbach, Schaffhouse. >IWC<
.
~ Diplômes d'honneur:
Vve. Ch.-Léon Schmidt & Cie, Société anonyme, Chaux-de-Fonds. >ROSKOPF (los legítimos herederos de G. F. Roskopf)<
.
~ Médailles d'or:
Ernest Degoumois, St-Imier. >BONHEUR<
Graizely & Cie, Chaux-de-Fonds. >HEBDOMAS<
.
~ Médaille d'argent:
F.-E. Roskopf & Cie, Genève. >ROSKOPF (Fritz Edouard Roskopf, el hijo de G. F. Roskopf)<
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  • #47
Muy bueno Drinfeal . . :ok::
 
  • #48
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Paris 1867:
.


~ Médaille d'or:
Patek, Philippe, et comp. à Genève.
Silv. Mairet, Locle.
Lutz. Genève.
U. B. Ekegrèn, Genève.
.
~ Médaille d'argent:
H. Grandjean et comp., Locle.
Rossel-Bautte, Genève.
J. F. U. Jürgensen, Locle.
Ulysse Nardin, Chaux-de-Fonds.
Humbert Ramuz, Chaux-de-Fonds.
Lecoultre, Borgeaud et comp., au Sentier.
.
~ Médaille de bronze:
Exposition collective du Jura bernois.
Ecole d'horlogerie, Genève.
Ecole d'horlogerie, Locle.
Corcelle, Fournier et comp.. Genève.
Mauler et comp., Val-de-Travers. >JACCOTTET (fabricación de ébauches)<
Ed. Berlie, Genève.
Courvoisier frères, Chaux-de-Fonds.
Girard-Perrégaux, Chaux-de-Fonds.
Emile Guinand, Locle.
François Perrenoud, Locle.
G. F. Roskopf, Chaux-de-Fonds. >Georges-Frédéric ROSKOPF<
Domon fils et Diuichert, Morat.
J. Devain, Chaux-de-Fonds.
J. Linder, Brienz.
Clavel et comp., Genève.
.
~ Mention honorable:
G. Faure, Locle.
J. A. Jürgensen, Locle.
Frères Meylan, Genève.
Th. Perret, Chaux-de-Fonds.
Robert Theurer et fils, Chaux-de-Fonds.
Eug. Bornand et comp., S Croix.
Cuendet frères, S. Croix.
Dubois-Bandelier, Chaux-de-Fonds.
A. Huguenin et fils, Lode.
Jaccard et Bornand, S. Croix.
Reynaud et comp., Genève.
J. C. A. Bovy, Chaux-de-Fonds.
Aug. Baud, Val-de-Joux.
J. Bovy, Chaux-de-Fonds.
J. Grundina, Genève.
Mélanie Jacquet, Genève.
Sélim Gostly, Ponts-de-Martel.
Ami Rauss, Genève.
Grumbach, Bienne.
.
Coopérateurs:

Médaille d'argent: Rouge, chez Patek, Philippe et comp., Genève.
Médaille de bronze: Bois-de-Chene, chezRossel-Bautte, Genève.

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Lista obtenida fuera de "La Fédération Horlogère Suisse" ya que no se publicó hasta 1886.
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  • #49
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Gracias, tempus157, la idea es ir poco a poco poniendo los premios (medallas) de las distintas exposiciones que a menudo aparecen en nuestros relojes.
He recogido la idea de este hilo:
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https://relojes-especiales.com/threads/chincheta-para-exposiciones-universales-r-de-bolsillo.328689/.
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Exposición Universal de París en 1867:
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Ernest Francillon presentó personalmente su reloj con el primer movimiento de LONGINES, el L20A, consiguiendo una medalla de bronce.
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Al no aparecer reflejado individualmente en la lista anterior... ¿Lo haría dentro de la colectividad: "Exposition collective du Jura bernois" que obtuvo medalla de bronce?
Siendo Francillon & C° (Longines) de St-Imier y St-Imier pertenece al Jura bernois (Suiza).
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Y remarcar la medalla de bronce otorgada a Georges-Frédéric ROSKOPF por su reloj "El Proletario".
Con su diseño el reloj se hizo accesible a millones de personas en todo el mundo que de otra manera nunca hubieran podido permitírselo.
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Última edición:
  • #50
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Aparte de los premios obtenidos en las Exposiciones... ¿También figuran en nuestros relojes los de los concursos cronométricos?
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Resultados del concurso cronométrico de 1912 en el Observatorio Astronómico de Neuchâtel:
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