M A L A S N O T I C I A S
Estuve mirando ésta madrugada el foro de WUS, y entre mi pésimo inglés, que es como el de los indios de las películas pero mucho más limitado, y la ayuda del traductor de Google, pude hacerme una idea creo que bastante clara de cómo es el proceso. Y hay malas noticias para los amantes de la ovometalurgia: los huevos duros NO atacan a los galvanizados. Se que ésto es un golpe duro (más, incluso, que los huevos ídem), pero es que ellos son así, de naturaleza pacífica incapaz de atacar a nadie, ni siquiera a los komandirskie, que siempre andan pidiendo guerra (bueno, más que pacíficos, lo que son es un poco
gallinas, me temo).
El procedimiento para eliminar el galvanizado sería más o menos como sigue: se fricciona con abrasivos (lijas, estropajos, esmeril, caborundo, etc, incluso limas para las partes más inaccesibles) la caja del reloj hasta quitar el galvanizado, Una vez se ha quitado el galvanizado, pues ya está, ya lo hemos quitado.
Muchos preguntarán lo que me pregunté cuando vi ésta cruda realidad en WUS: «Entonces, si quitamos el galvanizado por los métodos que ya conocíamos y queríamos evitar ¿Para qué diablos queremos meter el peluco en una bolsa hermética con dos huevos duros apachurrados? ¿Un rito de brujería wiccana, tal vez?»
Pues no tanto, pero casi. Resulta que los huevos duros apachurrados (recién endurecidos y recién apachurreados) no quitan ni un átomo de cromo, pero en cambio, despliegan todos sus talentos ocultos con el latón: emanan una especie de pátina en frío que oxida (o algo así creí entender) la superficie del mental dándole una pátina muy parecida a la del bronce envejecido, quedando como el reloj de la primera foto de éste hilo. Destaco lo de "en frío" porque la mayoría de las pátinas de calidad se dan en caliente; pues bien, ésta es en frío pero parece que da unas tonalidades que quitan el hipo, y que los resultados son extremadamente duraderos sin necesidad de protegerla con laca o barniz alguno. Y eso, sin tener el halo de magia y alquimia de los poderosos galvanizados que se desintegraban ante la imponente presencia de dos huevos duros, es mucho, muchísimo. Las pátinas en frío suelen ser un quebradero de cabeza (las bonitas no muy duraderas, las que son muy duraderas suelen ser tirando a fea), mientras que el huevo duro es facilísimo de usar (los tiempos en los que actúa son muy largos, es fácil seguir el control del proceso en cada momento), deja una pátina de un tono bronceado realmente imponente, según se ve en las fotos y los resultados son más duraderos que las pátinas en frío normales. Y en cuanto al precio, si bien es cierto que el precio de los alimentos está por las nubes, los huevos de momento siguen por la corteza terrestre.